[3] Puede perjudicar a los ciudadanos ya que facilita una vigilancia masiva, pudiendo poner en cuestión algunas de las libertades básicas; impide la retirada en efectivo frente a una crisis bancaria o pánico bancario y facilita que los bancos puedan penalizar los ahorros con intereses negativos.En la Unión Europea se impedirán pagos en efectivo superiores a 10.000 euros para frenar el blanqueo de capitales.[5] Los ciudadanos podrían verse sometidos a un control económico y monetario casi absoluto por parte de instituciones no elegidas democráticamente como son los bancos privados, el banco central y otras instituciones financieras.[23] El sector financiero junto los gobiernos de numerosos estados están promoviendo la reducción del dinero efectivo.[30][31] La eliminación del dinero en metálico se considera potencialmente útil pero también socialmente peligroso.Es útil para los gobiernos, los bancos centrales y entidades bancarias privadas, sobre todo en un contexto de inflación negativa (deflación) global y expansión cuantitativa les facilitaría un control de la oferta monetaria total.Se pueden aplicar tasas negativas o devaluaciones sin posibilidad de evitarlas.[37] En Europa existe una asociación registrada ante la Unión Europea como grupo de presión (lobby) que defiende el dinero en efectivo ya que está integrada por empresas ligadas a la gestión del dinero físico.