Deflación
[3] La deflación supone el descenso de precios que incide en la disminución del gasto agregado el cual afecta negativamente a la actividad y al empleo.Esta "bola" casi imparable provoca una crisis económica con efectos negativos sobre la riqueza, su distribución y la desigualdad social, ya que beneficia a los acreedores en perjuicio de los deudores.[3] Las políticas que la Administración puede aplicar para actuar contra la deflación estarán orientadas a potenciar la demanda para cubrir el desfase con la oferta.La segunda, de corte keynesiano, propone incrementar el gasto público para dinamizar la economía.La desinflación se define como una desaceleración de los precios, es decir, siguen creciendo pero a un ritmo menor, mientras que la deflación implicaría tasas de variación negativas del IPC.Al cerrar (o reducir su tamaño) las empresas (debido a los derrumbes bursátiles y financieros), aumentó el desempleo de forma drástica y el consumo se hundió.La no cristalización de estas expectativas dejó al sector productivo (sobre todo en EE.UU.) con un fuerte exceso de capacidad que no fue purgado ni compensado por la demanda.Durante la Gran Depresión, las personas que debían dinero a un banco cuyos depósitos habían sido congelados a veces compraban libretas de ahorro (depósitos de otras personas en el banco) con descuento y las utilizaban para saldar su deuda al valor nominal.La deflación ha sido un fenómeno muy poco frecuente en el siglo XX, donde solo se han registrado dos casos relevantes.El precio de los productos agrícolas también se vio presionado por el regreso de las cosechas normales tras 1816, el año sin verano', que provocó hambrunas a gran escala y elevados precios agrícolas.Esto fue producto del exceso de oferta en la economía venezolana, pero los efectos negativos se vieron corregidos mayoritariamente por las exportaciones.