Además, el control del fuego y de la luz ocasionaron cambios importantes en el comportamiento[4] ya que la actividad ya no quedaba restringida a las horas diurnas y proporcionaba protección ante los depredadores.
[9] El iniciador de fuego más antiguo conocido, que data de hace 400 000 años, está atestiguado por un nódulo ferroso percutido por un sílex encontrado en la cueva Menez Dregan 1 ocupada por el Homo heidelbergensis.
[10] Los primeros humanos pudieron haber observado que los fuegos naturales encendidos en el monte o el bosque por el rayo o los volcanes hacían huir a los animales y que ellos podían recoger en el suelo ramas muertas inflamadas tras el paso de un fuego.
[19] La cocción desintoxica ciertos alimentos y favorece el destete temprano de los bebés, lo que permite a las madres tener más hijos.
[20] Además, el fuego proporciona protección contra los depredadores alrededor de los campamentos terrestres.
La idea de que sería posible producir fuego con dos pedernales probablemente sea errónea.
De hecho, percutir un pedernal con otro provoca una chispa luminosa, pero esta no se expulsa y permanece «fría».
El fuego empezaría a ser utilizado desde el Pleistoceno inferior, pero aún no estaba domesticado.
[28] La evidencia de hogares es escasa en el mundo durante la primera mitad del Pleistoceno medio.
[39] La cocción también elimina microorganismos, tales como parásitos y bacterias presentes en los alimentos crudos..
Las primeras evidencias de uso del fuego por seres humanos provienen de diversos sitios arqueológicos en África Oriental, como Chesowanja —cerca del lago Baringo—, Koobi Fora y Olorgesailie, en Kenia.
[25] Ensayos realizados en los fragmentos encontrados en el lugar muestran que la arcilla debió ser calentada a 400 °C para endurecerse.
La evidencia concluyente más antigua sobre control del fuego por parte de humanos se encontró en Swartkrans, Sudáfrica.
[25] Le evidencia más contundente proviene de Kalambo Falls en Zambia, donde se han excavado varios artefactos relacionados con el uso del fuego por parte de seres humanos, incluidos troncos chamuscados, carbón, zonas enrojecidas, tallos de pastos y plantas carbonizadas, y herramental que ha sido endurecido mediante el fuego.
[47] En la cueva Qesem a 12 km al este de Tel-Aviv la evidencia permite afirmar el uso regular del fuego desde antes de 382.000 años hasta hace unos 200.000 años a finales del Pleistoceno inferior.
[25][2] Esta evidencia proviene del yacimiento 1 en Zhoukoudian donde se encontraron diversos huesos ennegrecidos u oscurecidos de forma uniforme.
Este mismo efecto se podría haber producido en el sitio debido al calentamiento natural, ya que en el laboratorio se consiguieron coloraciones tanto en huesos blancos, amarillos y negros.
El más antiguo Samu (Homo erectus), fue encontrado en Vértesszls, Hungría, donde se han hallado restos de huesos pero no se han encontrado restos de carbón.