Jean-Marie Leclair y Giovanni Battista Viotti, con sus escuelas de violín, realizaron importantes contribuciones a las posibilidades expresivas del instrumento.[6] La influencia del compositor y educador musical Emanuel Aloys Förster llevó a Beethoven a revisar el cuarteto en fa mayor después de completar los seis cuartetos.18/5 justo después de terminar los tres primeros cuartetos, pero lo dejó para trabajar en otras piezas.Ese mismo verano revisó a fondo los tres primeros cuartetos y en octubre de 1800 presentó los seis al príncipe Lobkowitz.Según su biógrafo Ernst Pichler, algunas referencias a la composición de la canción también se pueden encontrar en los Cuartetos Op.Por ello, la copia elaborada para el príncipe Lobkowitz, que contiene las versiones finales de los cuartetos, es especialmente relevante para la investigación.La mayoría de las correcciones allí contenidas fueron presumiblemente realizadas por el propio Beethoven.[12] Al mismo tiempo Lobkowitz también le encargó a Joseph Haydn la composición de varios cuartetos.Pero debido a su avanzada edad, Haydn solo pudo completar los dos Cuartetos Op.No obstante, tras haber revisado la obra volvió a escribir a Amenda una carta el 1 de junio de 1800 en la que le pedía que la pieza no fuera mostrada ni tocada por nadie: "No prestes mi cuarteto ya que he hecho muchos cambios en él.Comienza con un tema despreocupado y apremiante al unísono desde el primer violín.El motivo inicial, centrado en la tónica con un giro melódico, es relevante ya que se repite de varias formas a lo largo del movimiento.En el desarrollo la música adquiere un carácter más fogoso, la tonalidad cambia al modo menor antes de volver al motivo inicial y a sus diversas manifestaciones inventivas y a veces sorprendentes para cerrar el movimiento.El segundo movimiento, Adagio affettuoso ed appassionato, está en re menor y en compás de 9/8.[16] Los bocetos muestran la intención de Beethoven de representar la citada escena teatral, ya que contienen comentarios en francés, como "il prend le tombeau" (él viene a la tumba) y "les derniers soupirs" (el último suspiro).[5] Las indicaciones de tempo y carácter rezan Adagio affetuoso ed appassionato, y esta emoción aflora inmediatamente con la melodía inicial del violín, que canta sobre un pulso de tresillos moviéndose en los otros instrumentos.Hay un desarrollo tormentoso antes de que vuelva la melodía, esta vez sobre un acompañamiento mucho más agitado.[17] En este sentido, Friedrich Kerst señala: "Beethoven no quería desviarse de su tempo ni un ápice, porque identificó el compás correcto del movimiento con las características inherentes al movimiento o a sus componentes individuales de la manera más precisa.Allegro molto, vuelve a la tonalidad inicial y al compás de 3/4.Se abre con un tema que al principio asciende de manera cromática, cuyos elementos se transforman y combinan de diferentes maneras en el curso del movimiento.En la sección de trío el primer violín se mantiene ocupado con numerosos pasajes brillantes.