Tauromaquia en Cataluña

[1]​ En época medieval comienza la práctica taurina del lanceo de toros, a la que se sabe eran aficionados Carlomagno y Alfonso X El Sabio, entre otros.

No obstante, actualmente el coso más antiguo que queda en pie en territorio catalán es el de Olot, construido en 1859 (habiendo sido la última corrida con muerte del animal en 2005), el cual también es conocido como la Plaza Clará.

[8]​ Durante los siglos XIX y XX, la tauromaquia contó con un alto respaldo por parte de intelectuales catalanes, tales como Mariano Fortuny, Ramón Casas, Lluís Companys, Francesc Macià, Salvador Dalí o Joan Miró.

[10]​ El académico Pere Gimferrer, que incluso recibió el Premio Paquiro por su defensa de la tauromaquia con motivo de su prohibición en 2010, ha manifestado en diversas ocasiones su incomodidad hacia esta decisión afirmando que "Prohibir toros [es] la más grave agresión cultural desde la Transición".

Estas fiestas se realizan preferentemente en el sur, aunque no exclusivamente, en las Tierras del Ebro en la provincia de Tarragona.

Entre los diversos tipos de correbous que se realizan, destacan el bou embolat (toro embolado) en el cual se ata al toro a un palo de embolar.

Para ello se amarra al toro por los cuernos, inmovilizándolo parcialmente, para ponerle antorchas en los cuernos formadas por una estructura de hierro, que impide que el toro se queme, y una bola inflamable en la parte superior del hierro, para luego soltarlo en las calles; esta variante es común en municipios como Amposta.

Otros tipos de correbous son el capllaçat (toro ensogado), en el cual se atan cuerdas a los cuernos por medio de las cuales los toros son arrastrados por las calles; realizado en Cases d’Alcanar.

Transcurridos treinta y tres días, la cifra se superó rápidamente, contando entonces con 78 162 firmas.

[27]​[28]​ Tras la respuesta afirmativa del Parlamento catalán por la prohibición de la tauromaquia en Cataluña, los taurinos pusieron en marcha el mismo recurso que los taurófobos habían utilizado para prohibirlos: una ILP.

[31]​ También contaron con la ayuda medios de comunicación partidarios de la Fiesta, en los cuales se anunciaba y se hacía un llamamiento a todo aquel que desease hacerse fedatario para recoger firmas.

[34]​ También se admitió a trámite por parte del Tribunal Constitucional[35]​ la posible ilegalidad de esta prohibición.

[36]​ Desde 1989 una serie de municipios catalanes se han ido progresivamente declarando "antitaurinos".

[41]​ Además muchas ciudades españolas de otras comunidades han prohibido también los toros, como Almansa.

Sin embargo, los diputados socialistas Josep Maria Balcells, Antoni Comín y Núria Carreras votaron a favor de la prohibición.

[46]​ El Senado español rechazó en octubre la propuesta del Partido Popular para declarar a la lidia como Bien de Interés Cultural.

Cartel de 1900 anunciando corridas de toros en Barcelona.
Cartel taurino de Ramón Casas (1913)
Interior de la Monumental de Barcelona.
Plaza Clará, en Olot , donde el Ayuntamiento prohibió la celebración de corridas de toros en el año 2000, aunque posteriormente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña consideró que el Ayuntamiento no tenía competencias sobre este asunto y declaró nula dicha prohibición. [ 29 ]