El Croscat es famoso debido a que el terreno está "cortado" y se pueden apreciar perfectamente los estratos geológicos.
La etimología de la palabra Olot no está clara y hay diferentes hipótesis.
[5] Otra teoría, más extendida, es que la palabra Olot proviene de ala, ya que el pueblo ha estado documentado con los nombres Aulot y Alot; y además así está representado en el escudo de la ciudad (con un ala haciendo referencia a su nombre).
La ciudad está situada al valle alto del río Fluvià, que la atraviesa.
El año 1206 el abad de Ripoll otorgó unas concesiones a los olotenses y edificó un palacio, reedificado al final del siglo XIV.
Cuando el rey Martín fue nombrado conde de Besalú, resucitando el antiguo título, no tardó en reclamar toda la jurisdicción que tenía sobre Olot su madre, la reina Leonor.
Pero los estatutos no acabaron de hacer funcionar el establecimiento y el rey Martín lo reformó el año 1404.
Cuando aún se iba reconstruyendo la nueva villa, surgieron las turbulencias del reinado de Juan II, que afectaron directamente la ciudad, pues se encontraba en medio de las comarcas en rebelión contra los señores y la Diputación.
La acuñación se repitió durante el conflicto contra Felipe IV; primero se acuñaron los reales y los sueldos de plata con la figura del rey Felipe, pero siguiendo la causa de la tierra, las nuevas acuñaciones se hicieron con la eficie del rey Luis XIII de Francia, que había sido proclamado en Cataluña.
Además cabe destacar su elevada producción, que permitía mantener una población activa muy numerosa.
Este panorama tan halagüeño se rompió con el estallido de la Guerra Grande (1793-95).
Aunque los franceses fueron hostilizados continuamente alrededor de Olot, donde el bandido Boquica sembraba el terror con maldades, en definitiva la villa cayó en manos del ejército napoleónico.
En las elecciones inmediatas para formar el ayuntamiento, el doctor Esteve Roca fue designado alcalde primero.
Con el restablecimiento del absolutismo pocos días después, el ayuntamiento correspondió otra vez a los regidores de 1808.
Las tropas francesas enviadas por la Santa Alianza ocuparon Olot en mayo de 1823, mientras que los milicianos pasaron en Barcelona.
Entonces los realistas (incitados por el clero, según lo que comenta Paluzíe) se lanzaron a una represión cruel contra los constitucionales y sus familias.
Hasta mediados del siglo XIX, la industria olotense consiguió un esplendor bastante notable en el contexto gerundense.
La gente de orden, por su parte, dio fuerte apoyo al tradicionalismo representado por el círculo carlista.
La organización obrera se integró en la Asociación Internacional de Trabajadores, la cual tuvo en Olot el puntal más sólido en las tierras gerundenses.
Al parecer tenía unos 1200 afiliados, los cuales habían montado una cooperativa de consumo para los asociados.
Entre 1874 y 1875 la villa estuvo ocupada por los carlistas, que publicaron El Iris, periódico defensor del lema "Dios, Patria, Rey, Fueros".
Durante la restauración, aparte el caciquismo y el sistema político imperante, Olot se recuperó demográficamente e industrialmente.
En el ámbito político, aparte la tradicional inclinación hacia el carlismo, la corriente catalanista alcanzó hitos importantes en los últimos decenios del siglo XIX, con la creación del Centro Catalanista y la publicación de periódicos como El Olotí.
En 1927, Olot fue visitado por el rey Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia y las infantas.
En las acciones de salvamento del patrimonio artístico y cultural se remarcó especialmente el doctor Joaquim Danés, el cual fue encarcelado al terminar el conflicto.
A partir de los años cincuenta comenzó una recuperación industrial y llegaron los primeros inmigrantes.
[8] En 1979 se celebraron las primeras elecciones locales democráticas, que fueron ganadas por Convergència i Unió.
La cocina volcánica es la denominación que han adoptado muchos restaurantes de la zona para nombrar sus especialidades gastronómicas.
[32] Olot dispone de distintas escuelas e institutos para cursar la educación obligatoria.
[46] Olot también dispone de distintos centros educativos municipales: la escuela de música "Xavier Montsalvatge", la escuela municipal de expresión (que ofrece cursos artísticos no reglados) y cuatro parvularios municipales, llamados "Sant Pere Màrtir", "Sant Miquel", "La Gredera del Morrot" y "Les Fonts".