De su actividad económica destaca la agricultura (cultivo del arroz) y los servicios.
La ciudad está situada en la margen derecha del río Ebro, en el límite entre la plataforma continental y el delta; de hecho, la parte más oriental de la ciudad está construida sobre una zona pantanosa.
En la parte continental destaca el pico Montsianell (292 metros), en las estribaciones de la sierra del Montsiá.
La altitud oscila entre los 434 metros al sur (Els Quatre Mollons) y el nivel del mar.
Durante la conquista árabe, éstos establecieron una fortaleza en el mismo lugar donde estaba la posada romana, hecho confirmado por los posteriores hallazgos arqueológicos.
En la Edad Moderna, ya sin la protección del castillo, la ciudad entró en un período de decadencia, siendo destruida hasta tres veces por piratas turcos y berberiscos que saqueaban las costas a lo largo del siglo XIV.
Durante el siglo XIX comenzó el crecimiento urbano y demográfico de la ciudad.
La ciudad empezó su desarrollo con la construcción del puente colgante promovido por el alcalde Joan Palau, las escuelas, abastecimiento de agua y electricidad.
Tradicionalmente, el sector económico más importante ha sido la agricultura, sobre todo del arroz y los regadíos, así como otras actividades relacionadas como la maquinaria.
Sin embargo, a principios del siglo XXI se puede decir que la actividad económica se ha diversificado, y aunque la agricultura sigue existiendo, la baja rentabilidad y la mecanización han hecho que descienda en número de personas empleada en el campo.