Concierto para clarinete n.º 1 (Weber)

[4]​ El rey Maximiliano I de Baviera encargó al compositor dos obras para que fuese interpretadas por Bärmann.

Por lo tanto, el maestro alemán estuvo trabajando al mismo tiempo en los Conciertos para clarinete n.º 1 y n.º 2.

[6]​ La primera edición de la pieza fue llevada a cabo en 1823 por la editorial Breitkopf & Härtel en Leipzig.

[7]​ La partitura está escrita para un clarinete en si bemol solista y una orquesta formada por:[7]​ El concierto consta de tres movimientos:[7]​ La interpretación de esta obra dura aproximadamente entre 15 y 20 minutos.

Se trata de una pieza breve, triunfal, seria y dramáticamente, casi operísticamente, expresiva.

Este concierto difiere de manera evidente del anterior Concertino, que era ligeramente lúdico y líricamente expresivo.

Weber es claramente un maestro de la orquesta romántica, y su escritura para los solistas es sumamente hábil en todo momento.

Después de un cromatismo viene el tema mayor, que a su vez termina en un tresillo.

[1]​ Se abre con un tema tranquilo y lírico asignado al clarinete solista, acompañado por las cuerdas, repetido tres veces.

A éste le sigue el segundo tema, mucho más dramático, que está en do menor.

A esto le sigue una sección en la que solo el clarinete solista, acompañado de tres trompas, toca un tema coral.

Sigue el primer pareado, que se caracteriza por una alternancia entre tuttis orquestales y pasajes solistas.

El tema del rondó aparece primero en la dominante antes de reaparecer en su forma original en la tónica.

Weber en 1814.
Portada de una copia manuscrita de la partitura.