Spohr ingresa en la sociedad liberal masónica, uniéndose a la logia "Ernst zum Kompass"[1] El concierto para clarinete no.
Hermstedt interpretó, junto con Spohr como primer violín, el Quinteto de Mozart K.581 ante una audiencia embelesada.
[2] Los tres primeros conciertos están escritos para clarinete en si bemol (el opus 26, no.
[3] El resultado de este concierto proyectó notablemente las carreras de Spohr y de Hermstedt, y se convirtió en una revolución en la técnica interpretativa del clarinete, debido a los complejos pasajes que aparecen durante todo el concierto, tanto para la digitación como por el registro tímbrico que logra.
Dado que en ese momento mi conocimiento del clarinete era bastante limitado, tuve poco en cuenta sus dificultades y escribí algunos pasajes que, al clarinetista a primera vista, podrían parecer imposibles de ejecutar.
No obstante, el señor Hermstedt, lejos de pedirme que alterara estos pasajes, buscó perfeccionar la técnica con su instrumento y, fruto de un trabajo constante, llegó pronto a tal dominio que su clarinete no produjo nunca más notas discordantes, veladas o inciertas".
[4] Las modulaciones en el concierto son contrastantes y explotan los recursos del instrumento, llegando a los límites de la época, así como las transiciones cromáticas entre tonalidades.