Capitanía General de Cuba

Formó parte del virreinato de Nueva España hasta 1821.

La administración cubana estuvo dominada desde entonces por capitanes generales, militares en su mayor parte.

Y a partir de la segunda mitad del siglo XIX, fue también su gobernador general al haberse perdido los virreinatos en la América continental.

Diego Velázquez, teniente del virrey Diego Colón, comenzó la conquista de Cuba en 1511, asumiendo como primer gobernador de la isla Fernandina (Cuba) y manteniéndose en el cargo hasta 1524.

La isla fue dividida mediante la orden: mídanse 80 leguas a partir del cabo de San Antonio, y tírese una raya de norte a sur.

Cada gobernador tenía autonomía en lo administrativo, entendiéndose directamente con la Corte del rey.

[4]​ En 1655, durante la guerra anglo-española, los británicos invadieron la Jamaica española, que estaba bajo la dependencia directa de la Capitanía General de Santo Domingo, trasladándose los españoles jamaiquinos a Cuba.

En un año los españoles restablecieron la soberanía, pero quedaron en evidencia muchas deficiencias defensivas.

Luego de la evacuación británica, el rey de España comisionó al general Alejandro O'Reilly para llevar adelante una profunda reorganización militar en Cuba.

Los españoles recuperaron para la capitanía general cubana la Florida Occidental en 1779 y tomaron San Carlos de Penzacola en 1781, ambas gracias a Bernardo de Gálvez.

[7]​ Entre 1784 y 1785, las relaciones de esta Capitanía general con los recién nacidos Estados Unidos eran excelentes ya que se ayudaron mutuamente, teniendo correspondencia del más alto nivel diplomático entre Luis de Unzaga y Amézaga con los padres fundadores de Estados Unidos: George Washington, Robert Morris y Patrick Henry entre otros.

[7]​ En 1794, fue creado en La Habana un Real Consulado de Agricultura y Comercio.

[9]​[10]​ Se comunicó que el capitán general desde ese momento ostentaría: Podía además suspender cualquier ley que considerase conveniente, dando cuenta el rey para su aprobación.

En la Capitanía General de Cuba se operó una gran transformación socioeconómica durante el siglo XVIII.

España había instalado un monopolio en el Caribe y su objetivo primario era proteger esto.

No se permitió que las islas negociaran con ninguna nave extranjera.

En 1879, los diputados cubanos volvieron a ser admitidos en las Cortes de España.

Este sistema solo duró unos meses ya que al poco tiempo estallaría la Guerra hispano-estadounidense en 1898 con desastrosas consecuencias para España, la pérdida de sus provincias de Ultramar.

Óleo del puerto de La Habana 1639
Una fragata española remolcando un buque británico hasta La Habana. Óleo, circa 1770.
Sello de correos de 1881 con la efigie del rey Alfonso XII