Dicho ejército derrotó a las tropas inglesas de John Campbell, logrando una victoria decisiva.
Andrew Jackson recibió informes de que los ingleses estaban organizando barcos y ejércitos para una invasión a gran escala.
[1] Volviendo después a manos españolas, hasta que fue nuevamente ocupada por los estadounidenses en 1817, de forma definitiva.
Aprovechando estos acontecimientos, en 1816 el presidente estadounidense, James Monroe y su Secretario de Estado, John Quincy Adams, ordenaron una invasión terrestre y marítima para apropiarse de la Florida usando como excusa la "defensa" del territorio estadounidense frente a las incursiones nativas, dando origen a las Guerras Seminolas.
La anexión estadounidense del territorio fue oficial respecto a España en 1821, cuando el gobierno liberal español ratificó dicho tratado, dando vía libre a los estadounidenses para luchar contra la etnia mixogénica de los Seminola (pueblo nativo constituido principalmente por muscoguis, timucuas, "cimarrones" afrodescendientes, españoles, hugonotes y escoceses, como Osceola), que habitaban la península; esta guerra se transformó en un genocidio, con emigraciones (a Cuba) y reasentamientos forzados o "Camino de las Lágrimas" al Territorio Indio (parte muy sometida a los tornados de la Oklahoma en el actual Medio Oeste) de los "Seminola", y así, prácticamente exterminados en la Segunda Guerra Seminola, se pudo dar forma a lo que es hoy el estado más meridional de los Estados Unidos de América.