Batalla del Atlántico

Sin embargo, la introducción del sistema de convoyes redujo drásticamente las pérdidas británicas, salvando al Reino Unido.Asimismo, Alemania comenzaba a acumular materiales para la producción de nuevos buques, incluidos submarinos.A pesar de todos estos inconvenientes, el almirante Karl Dönitz no se dejó desanimar.El plan de Dönitz consistía en dispersar a todos los U-Bootes por las rutas utilizadas por los convoyes.Estos seguían confiando plenamente en los convoyes, que ahora contaban con buques de escolta equipados con sonar.La Batalla del Atlántico puede dividirse en cinco etapas: Con una flota de submarinos obsoletos, Alemania no podía hacer mucho.En esta etapa inicial del conflicto, capitanes como Otto Kretschmer, Wolfgang Lüth y Günther Prien, alcanzaron su fama en acciones individuales porque todavía no se implementaba la manada de lobos.El U-47 es, tal vez, el más famoso caso de históricos submarinos hundidos en la Batalla del Atlántico cuyos restos no se han podido localizar y de hecho se desconoce la causa del hundimiento.Debido a que Canadá escoltaba a los convoyes en la parte occidental del Atlántico, y Reino Unido lo hacía desde la parte oriental, los U-Bootes atacaron en el centro del océano, donde los convoyes estaban más desprotegidos.En esta época los criptoanalistas de Bletchley Park lograron desarrollar el programa Ultra, que permitía descifrar las transmisiones de la máquina criptográfica alemana Enigma, una tecnología que sin duda posibilitó a los Aliados localizar con mayor facilidad a los submarinos alemanes.Aunque Estados Unidos declaró la guerra a Alemania en 1941, su participación en el océano Atlántico fue casi nula ese año.Hasta entonces se habían restringido las operaciones submarinas en la costa este americana, por temor a iniciar un conflicto.Debido a que todavía no era obligatorio apagar las luces en las ciudades costeras de Estados Unidos, los submarinos alemanes encontraban fácilmente los puertos y se detenían en la entrada a esperar que zarpase un buque mercante.Además, los submarinos alemanes ahora podían enfrentarse abiertamente a los buques mercantes norteamericanos, que hasta entonces habían navegado por las aguas del mar Caribe despreocupadamente.Este, sumergido a 15-25 metros, formaba burbujas y daba un eco de sonar similar al submarino.Sin embargo, como King temía, se dejaron muchas zonas sin proteger, y los submarinos alemanes se trasladaron al Golfo de México y a las costas frente a Venezuela, hundiendo muchos petroleros.Sin embargo, al dar Roosevelt la orden de limpiar el Atlántico, se puso al mando de los Accesos Occidentales al almirante Max Horton, que incrementó la protección de los convoyes, y con los buques que sobraban organizó escuadrones cazasubmarinos o Hunter Killer, que rondaban por una zona esperando encontrar un sumergible alemán y hundirlo.Aun con la guerra en el Atlántico claramente inclinada a favor de los Aliados, Alemania continuaba representando una grave amenaza; como demostraría en contexto del Ejercicio Tigre (Operation Tiger), por años mantenido encubierto por el desastre que generara.El comando alemán ya había dejado sin efecto al Grupo Seewolf inicial, con orden de que cada submarino operara individualmente entre Nueva York y Halifax.Sin embargo, el U-546 pronto fue contraatacado con cargas de profundidad y debió emerger, siendo luego impactado en superficie, hundiéndose.Ya con la guerra oficialmente finalizada, la Second Barrier Force aceptó, mar adentro, la rendición de los submarinos U-805, U-234, U-858 y U-1228, para luego regresar a base.La teoría del almirante Dönitz jamás pudo comprobarse, ya que incluso en los dos Tiempos Felices, el Reino Unido nunca estuvo en peligro de ser bloqueado completamente.Por el lado alemán, el porcentaje de bajas fue alarmante: de los 1170 U-Bootes alemanes que participaron en la Segunda Guerra Mundial, 783 fueron hundidos en combate por los Aliados, sin contar los que fueron hundidos en accidentes, capturados o desaparecieron.Las tripulaciones ocupaban aposentos atestados de maquinaria, instrumentos o torpedos, y dormían en planchas encima de los proyectiles hasta que estos habían sido utilizados contra blancos, dejando sitio para literas y hamacas.El agua potable era escasa; no había duchas, y nadie se bañaba durante los tres meses que duraba una patrulla.En octubre de 1941, cuando el U-106 cruzó el golfo de Vizcaya en un tranquilo día azul, una nueva guardia salió al exterior para descubrir que habían desaparecido los cuatro hombres del turno anterior a los que acudían a reemplazar.El submarino se sumergió apresuradamente y durante un corto tiempo eludió con éxito la detección.Siguiendo al Spencer, en once columnas paralelas, estaban los 19 buques tanque y los 38 cargueros del convoy HX-233, un blanco irresistible; Bruns decidió arriesgarse a un ataque.Luego, ansioso por neutralizar al submarino antes de la llegada del convoy, Berdine liberó once cargas más.La Armada del Brasil realizaría 66 ataques sobre los mismos, aunque sin lograr resultados.
Gran Almirante Karl Dönitz . Siempre defendió la utilización del sumergible como el arma más práctica en la guerra naval.
Almirante Erich Raeder. Intentó demostrar la vigencia de la flota de superficie en la Segunda Guerra Mundial, aunque las victorias de los U-Boot de Dönitz opacaron los pocos logros del primero.
1939 submarino Polaco ORP Orzeł en Reino Unido. Destruidas durante la acción en el Atlántico en 1940
Un barco mercante británico es torpedeado por un U-Boot , aunque permanece a flote
Al lograr descifrar la máquina alemana Enigma, los británicos se anotaron una gran victoria. En la fotografía se muestran varias máquinas Enigma
El Dixie Arrow , buque petrolero de Estados Unidos, hundido el 26 de marzo de 1942 por el submarino U-71 (capitán Walter Flachsenberg) en las coordenadas 34°53´30N/75°44´42W, a solo 12 millas de la costa estadounidense. [ 16 ]
La introducción eficiente de los convoyes acabó con las esperanzas alemanas en la manada de lobos . En la fotografía un convoy aliado se dirige a Ciudad del Cabo , 27 de noviembre de 1941.
Marineros aliados cargan morteros antisubmarinos, conocidos como Hedgehog (erizo). El desarrollo aliado del sonar y del fuego antisubmarino dieron la estocada final a la Kriegsmarine.
Helmut Klotzch, superviviente del U-175, pide ayuda después de que el submarino fuera hundido por el navío estadounidense USS Spencer, el 17 de abril de 1943.