Recibe su nombre de la mansión victoriana que domina el enclave.
[1] Gran parte de su personal, en torno al 75 %, fueron mujeres, entre ellas la matemática Ann Mitchell.
[2] Al inicio de la guerra, el producto del Bletchley Park tenía por nombre en clave «Boniface», para dar la impresión a los no iniciados de que la fuente era un agente secreto.
En este enclave desarrolló su actividad como criptoanalista el matemático Alan Turing, cuyo archivo permanece en la mansión y recientemente ha sido comprado para conservarlo.
[3] Hay varias novelas que recrean los hecho acaecidos en el complejo: