Arquidiócesis de L'Aquila

Después del siglo VI no se tienen más noticias de estas antiguas diócesis.Hay que remontarse entonces al siglo IX para conocer los nombres de otros obispos de Forcona, cuya serie episcopal llega hasta mediados del siglo XIII.En 1252 Berardo da Padula fue nombrado obispo de la ciudad, pero para entonces el centro se encontraba en decadencia irreversible.Entre estos obispos estuvo el trágico final de Stefano Sidonio: nombrado por el papa romano, pronto pasó a la obediencia de Aviñón; habiendo escapado de L'Aquila, se refugió en Perugia, pero fue alcanzado y asesinado por asesinos enviados por el papa Urbano VI.La misma trágica suerte corrió el obispo de Aviñón Berardo da Teramo, asesinado durante algunos disturbios en 1391.Hábil político y experto militar, no desdeñó ponerse al frente de un ejército para defender su ciudad.Entre los otros obispos del siglo XV, cabe recordar a Amico Agnifili (1431-1472), el primer obispo de L'Aquila que se convirtió en cardenal, y a Giovanbattista Gaglioffi (1486-1493), que participó en la conspiración de los Baroni napolitanos y por lo tanto fue asesinado mientras se encontraba en Roma.Un caso insólito, pero no raro en aquella época, es que este obispo, cuando fue elegido, no había recibido ninguna orden sagrada, y no se molestó en recibirlas ni siquiera durante los ocho años en que gobernó la sede de L'Aquila; de hecho, por tanto, de 1515 a 1523 la diócesis estuvo gobernada por un episcopus electus, que nunca fue obispo, sino sólo laico.Después de él, la diócesis fue confiada a cardenales romanos como administradores apostólicos, hasta 1537.Entre estos el español Juan de Acuña (1561-1578), quien fundó el seminario episcopal, amplió y enriqueció la catedral y estableció la Accademia dei Fortunati; Mariano de Racciaccaris (1579-1592), originario de Tívoli, quien convocó el primer sínodo diocesano en 1581; Basilio Pignatelli (1593-1599), quien llevó a los jesuitas a la ciudad.Mientras la arquidiócesis, que quedó vacante, estaba administrada por el vicario capitular Francesco Antonelli, perteneciente a una familia noble de L'Aquila, L'Aquila y la región fueron devastadas por un terremoto catastrófico, que arrasó casi por completo la ciudad y que, en el terremoto del 2 de febrero de 1703, provocó también la muerte del vicario Antonelli.
Basílica de San José Artesano, en L'Aquila
Basílica de Santa María de Collemaggio, en L'Aquila
Basílica de San Bernardino, en L'Aquila
Santuario de la iglesia de San Pietro della Ienca , en Assergi
Basílica de San Bernardino, en L'Aquila
Abadía de San Juan Bautista, en Lucoli