Accidente cerebrovascular

[23]​ Según su etiología, los ACV (ataques cerebrovasculares) tienen dos variantes: Así, el ictus se manifiesta de dos formas bien diferenciadas: El cuadro clínico es variado y depende del área encefálica afectada.[29]​ La contaminación del aire puede aumentar así mismo el riesgo de accidente cerebrovascular.Por una parte, priva de riego al área cerebral dependiente de esa arteria, pero por otra parte, la sangre extravasada ejerce compresión sobre las estructuras cerebrales, incluidos otros vasos sanguíneos, lo que aumenta el área afectada.Ulteriormente, debido a las diferencias de presión osmótica, el hematoma producido atrae líquido plasmático, con lo que aumenta nuevamente el efecto compresivo local.La enfermedad celíaca puede provocar, si no se trata, este tipo de ataques, especialmente en personas jóvenes y niños; no obstante, suele pasarse por alto, sin reconocer ni diagnosticar, principalmente por cursar sin síntomas digestivos evidentes.[33]​ Una característica del ataque cerebrovascular (ictus, embolia, derrame cerebral, accidente cerebrovascular o apoplejía) es que puede suceder de manera repentina, tras haber dado unos síntomas previos de baja intensidad o que directamente pasaron inadvertidos.Por lo cual, la prevención del ataque cerebrovascular, y los chequeos médicos que revisen sus causas, son fundamentales (como aparece descrito más arriba).En cualquier caso, sí que podría haber previamente síntomas de baja intensidad y baja duración que indiquen algún problema, aunque quizás pasen inadvertidos por ser algo anodinos: parestesias (hormigueos), debilidad de un grupo muscular poco específico, episodios amnésicos breves, pequeñas desorientaciones, y otros.Estos síntomas menores son los más frecuentes, pero tienen gran importancia, porque pueden dar avisos prematuros.Su aparición hace aconsejable pedir una revisión médica y seguir las prevenciones contra el ataque cerebrovascular (ver arriba).Los síntomas precursores (anteriores) a un ataque cerebrovascular podrían ser variados, y, según el área cerebral afectada, pueden ser sensoriales, motores o una combinación de ambos (sensitivomotores).Sus siglas se refieren a los posibles síntomas (uno o más) que el paciente podría estar mostrando, y a los primeros auxilios utilizables: Después de que sea descubierto el problema, el paciente debe permanecer sentado o acostado con la cabeza elevada, en calma, sin hacer esfuerzos y sin violencias, hasta que reciba un tratamiento médico profesional.Las cuatro primeras horas son cruciales, y por ello es esperada la participación del personal médico durante ese plazo de tiempo.El daño cerebral supone una ruptura en la trayectoria vital del paciente y, por su elevado coste sociosanitario, condiciona las situaciones familiares, sociales e institucionales.Apoplejía, del griego ἀποπληξία ‘abatido con violencia’, apareció por primera vez en los escritos hipocráticos para describir este fenómeno.[29]​ En Cerebri anatome (1664), el médico inglés Thomas Willis documentó el papel de las anastomosis entre las arterias principales que suministran sangre al cerebro y definió su importancia en la prevención del accidente cerebrovascular al bloquear una de ellas.[58]​ En 1859, el patólogo alemán Rudolf Virchow hizo una contribución significativa a la comprensión de la patogenia del accidente cerebrovascular.Posteriormente, indicó que la trombosis arterial no es causada por la inflamación, sino por la degeneración grasa de la pared vascular, y la asoció con la ateroesclerosis.
Sección cerebral post mortem tras un ictus a nivel de la arteria cerebral media.
Ilustración de un ictus embólico, que muestra un bloqueo alojado en un vaso sanguíneo.
Sangrado intracerebral (flecha inferior) con edema circundante (flecha superior).
Sesión de terapia ocupacional con un paciente recuperándose de un ictus.