Disartria

Ciertas enfermedades neuromusculares pueden provocar disartria, como la parálisis cerebral, la distrofia muscular, la miastenia grave o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Sin embargo, también es habitual que la causa sea el consumo continuado de medicamentos antipsicóticos.

La reducción en la velocidad de los movimientos causada por daño en la región conocida como sustancia negra explican estos síntomas.

Está causada normalmente por lesiones en los ganglios basales, que son estructuras subcorticales implicadas en los movimientos involuntarios.

El afectado por disartria puede producir sonidos inexistentes en su lengua habitual puesto que no articula correctamente.

[1]​ El diagnóstico diferencial se debe hacer, entre otras, con las siguientes alteraciones: apraxia verbal, afasia motriz y dislalia.

En la rehabilitación debe participar un equipo multidisciplinario compuesto, al menos, por profesionales de neurología, logopedia, fisioterapia, fonoaudiología y terapia ocupacional.