[2] Revista tenazmente combativa, contrastaba con el positivismo filosófico y literario de la época.También persiguieron un "individualismo feroz contra la solidaridad y el frenesí socialista que entonces apagaba los ánimos de la juventud".A finales de año fue llamado por Enrico Corradini para colaborar en la edición del periódico Il Regno, en el que Papini escribió sus formulaciones más puramente políticas.Le dio una copia del libro a Arturo Reghini cuando ingresó en la logia masónica florentina "Lucifero" al año siguiente.(Giovanni Papini, Un hombre acabado) En 1911, Papini fundó con Giovanni Amendola la revista L'Anima, de tendencia teosófica, que sólo tuvo un año de vida, continuando gravitando, en el campo irracionalista, entre el ateísmo y la mística esotérica.La obra, seguida de artículos antirreligiosos en la nueva revista Lacerba firmando como "Cristo pecador" y "Odio entre sí", generó mucha sensación y le costó al autor un juicio por ultraje contra la religión, pero el libro fue rechazado por Papini en la vejez, tanto como para incitar a su hija Viola de buscar las copias aún existentes y prenderles fuego.En noviembre de 1914 inició su colaboración con Il Popolo d'Italia, el periódico fundado por Benito Mussolini.Papini volvió sobre la evolución de su trabajo personal hasta su conversión en la obra (póstuma) El segundo nacimiento (1958, pero ya terminada en 1923).Al describir las posiciones tomadas antes y después del estallido de la Primera Guerra Mundial, reveló en este y otros escritos un sincero e íntimo arrepentimiento por su intervencionismo inicial hasta su adhesión al discurso sobre la "masacre inútil" del papa Benedicto XV (1917 ).Escribió que la guerra fue (El segundo nacimiento, publicado póstumamente)[12] (De Mortura, en El segundo nacimiento, Vallecchi, Florencia, 1958, págs.233-240) (Carta a Aldo Palazzeschi, 1920) También en 1915 publicó las colecciones poéticas Cien páginas de poesía, Buffonate y Maschilità.Entre las personalidades del mundo católico de las que se hizo amigo estaba también el obispo de Sansepolcro, Pompeo Ghezzi, a quien conoció y frecuentó durante sus estancias veraniegas en Pieve Santo Stefano.[16] En 1921 anunció su conversión religiosa publicando la Historia de Cristo, que resultó ser un éxito editorial internacional.En 1933 Dante vivo, lanzando a menudo críticas como un nuevo Dante y un Manzoni recién convertido, al que incluso criticó, como la última voz de los católicos intransigentes según Benedetto Croce.[17][21] Después de leer sobre las feroces persecuciones a los cristianos rusos, atacó duramente a la Unión Soviética y sus gulags, llamando a Stalin zar y ladrón: Apareció entre los firmantes del Manifiesto de la raza en 1938, aunque en las páginas del periódico Il Frontespizio, con el artículo Razzia dei Razzisti (diciembre de 1934), se había declarado distante de cualquier discriminación racial y del racismo científico, estando más cerca a un antijudaísmo religioso clásico en el que los judíos deben convertirse, según la tradición católica.[17] Terminada la guerra, desplegó una amplia labor literaria, transformando su literatura en camino de las convicciones cristianas.Él, como escritor, cada vez dedica más esfuerzos a indagar las cuestiones fundamentales de la vida.Su mayor y último esfuerzo lo dedicó a la redacción de Juicio final, una obra que le ocupó durante muchos años.En ella, retrata una gran cantidad de personajes destacados: políticos, artistas, poetas, militares.Papini muestra en esta obra la convicción de la bondad divina, que perdonará a todo el género humano sus debilidades y rapacidades, aun las más graves e injustificables.[17] La Agencia Romana Informaciones, dirigida por monseñor Roberto Ronca, escribió que "la eternidad del infierno es un dogma de fe y por tanto se excluye que la sagrada congregación del Santo Oficio permita a los católicos leer un libro como El diablo .[30] También cabe mencionar, en este período, La logia de los bustos y El espía del mundo, ambas publicadas en 1955.Papini se encerró cada vez más en sí mismo, en la oración y en la vida monástica.Borges mismo se pronunció posteriormente sobre la enorme calidad de su obra y por lo sugerente de la misma, en la que se trenza una narrativa rica, a medio camino entre lo filosófico y lo literario.A ella le siguió, muchos años después, como continuación, El libro negro, con igual estilo brillante y satírico.Sin embargo, Un hombre acabado (autobiografía) es considerada por muchos otros como su obra maestra.
L'Anima mayo de 1911
El n. 1 de la revista Lacerba, Florencia 1 de enero de 1913
Caricatura de Papini, Carlo Carrà y Ardengo Soffici
Grupo futurista: Aldo Palazzeschi, Umberto Boccioni, Giovanni Papini, Carlo Carrà, Filippo Tommaso Marinetti
Giovanni Papini en los años veinte
Gog Papini 1931
Via ghibellina 115, casa de Papini en Florencia
Tumba de Papini en el Cimitero delle Porte Sante (
Florencia
).