La Sagrada y Suprema Congregación del Santo Oficio fue el nombre que, desde la organización de la Curia Romana introducida por Pío X en 1908, se dio a la Sagrada y Suprema Congregación de la Romana y Universal Inquisición, fundada por Paulo III en 1542.
En 1478 aparecía la bula Exigit sincerae devotionis affectus del Papa Sixto IV instituyendo el Santo Oficio.
[1] El término Inquisición hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía, tanto en el seno de la Iglesia católica como también en el luteranismo, calvinismo y otras denominaciones protestantes.
La herejía en la era medieval muchas veces se castigaba con la pena de muerte y torturas varias, y de esta se derivan todas las demás.
Aunque en los países de mayoría protestante también hubo persecuciones, en este caso contra católicos, contra reformadores radicales como los anabaptistas y contra supuestos practicantes de brujería, los tribunales se constituían en el marco del poder real o local, generalmente adecuado para cada caso concreto, y no constituyeron una institución específica.