Los poetas clásicos imaginaban a Eos como una diosa sumamente enamoradiza, especialmente de los mortales más hermosos.
[25] Cada noche, al despertarse, Eos se levanta de su cama, en donde reposa Titono, su consorte por excelencia.
[31] Céfalo estaba casado con Procris y, aunque tuvo descendencia con Eos, empezó a añorar a su esposa, provocando que una contrariada Eos lo devolviese con ella y lo maldijese.
En el relato de Higino se cuenta que, algún tiempo después, Céfalo mató accidentalmente a Procris al confundirla con un animal mientras cazaba.
[32] En Las metamorfosis de Ovidio, Procris, celosa, espía a Céfalo, le oye cantar al viento (Aura) y lo interpreta como una serenata para Aurora, que había sido amante de él.
[37] El rapto de Céfalo tenía un atractivo especial para el público ateniense debido a que este era un muchacho de la ciudad,[38] por lo que este elemento mítico apareció frecuentemente en las vasijas pintadas áticas y fue exportado con ellas.
Las representaciones de la diosa con un joven amante se hicieron populares en Etruria en el siglo V a. C., probablemente inspiradas por las vasijas pintadas griegas importadas.
[41] Aunque los etruscos preferían representar a la diosa como una criadora (curótrofa) más que como una abductora de hombres jóvenes, las acroteras escultóricas arcaicas tardías de la Caere etrusca, actualmente en Berlín, muestran a una diosa corriendo en una pose arcaica, adaptada de los griegos, y llevando a un muchacho en sus brazos, que han sido identificados con Eos y Céfalo.
[42] En un espejo etrusco, Thesan aparece llevándose a un joven cuyo nombre es inscrito TINTHU[N].