Otros añaden a los siete astros —incluyendo al Sol y la Luna—, conceptos que ha sobrevivido en las lecturas astrológicas.
Al segundo lo llamaron Faetonte y no es grande; éste recibió su nombre del Helios.
Eratóstenes afirma que se llama Faetón, del hijo de Sol (Helios) [Faetonte].
[3] La tercera estrella es la de Marte, aunque otros dicen que pertenece a Hércules.
Como ella lo inflamó violentamente de amor, llamó a la estrella Piréis, indicando este hecho.
Se atribuye a Mercurio porque fue el primero en establecer los meses y percibir los cursos de las constelaciones.
Evémero dice que Venus estableció primero las constelaciones y se las enseñó a Mercurio.