Un atardecer, anochecer u ocaso, es cuando un astro, en particular el Sol, por efecto de la rotación de la Tierra, atraviesa el plano del horizonte y pasa del hemisferio visible al no visible.
Este ocaso puede cambiar en que hora y minuto del día ocurre, esto debido a el cambio de horario manejado en países de América y Europa.
Debido a que los componentes de longitud de onda más corta, como el azul y el verde, se dispersan más fuertemente, estos colores se eliminan preferentemente del haz.
[1] Al amanecer y al atardecer, cuando el camino a través de la atmósfera es más largo, los componentes azules y verdes se eliminan casi por completo, dejando los tonos naranja y rojo de longitud de onda más larga que vemos en esos momentos.
Varias erupciones, incluidas las del monte Pinatubo en 1991 y del Krakatoa en 1883, han producido nubes estratos suficientemente altas que contenían ácido sulfúrico como para producir resplandores espectaculares al atardecer (y al amanecer) en todo el mundo.
Las nubes de gran altitud sirven para reflejar la luz solar intensamente enrojecida que aún llega a la estratosfera después del atardecer, hacia la superficie.