Héspero

La designación del mismo referente (el planeta Venus) con dos nombres distintos, según el momento de su vislumbramiento («Eósforo» por la mañana y «Héspero» por la tarde) es otro indicio de que en un estadio antiguo eran considerados dos objetos celestes diferentes.

Fuentes griegas tardías[12]​ atribuían a Pitágoras o a Parménides el descubrimiento de que en realidad se trataba del mismo cuerpo celeste (para los griegos una "estrella errante", es decir, un planeta).

De esta verificación procede la identificación del planeta con Afrodita entre los griegos y Venus entre los romanos.

Sin embargo, fueron con toda probabilidad los astrónomos babilonios los primeros que hicieron tal observación, y de ellos proviene probablemente la identificación del planeta con una diosa relacionada con la fecundidad, en este caso Ishtar.

«Héspero es Fósforo» es una frase famosa en la filosofía del lenguaje (véase por ejemplo nombre propio).

Eósforo y Héspero por Evelyn De Morgan (1881).
Héspero.