Canuto II de Dinamarca
[1][2][3] Como príncipe de Dinamarca, Canuto invadió Inglaterra en 1016, tras lo cual ascendió al trono que había conquistado también su padre.Por ello, las tropas danesas proclamaron a Canuto el nuevo rey de Inglaterra.En algún momento durante su lucha por la conquista de Inglaterra, Canuto se casa con Aelfgifu Aelfhelmsdotter.En 1018 muere su hermano mayor, el rey Harald II de Dinamarca, y Canuto lo sucede en el trono, pero dejando como jarl (o lugarteniente) del reino a su cuñado, Ulf Thorgilsson.Decide entonces dejar la lugartenencia del reino noruego a su hijo Svein y a su madre Aelgifu, los cuales perderían el reino poco después de su muerte al rebelarse el país y restaurar la dinastía anterior en la persona del hijo de Olaf Haraldsson, Magnus I.Sus relaciones de amistad con el emperador Conrado II de Alemania se estrechan cuando compromete a su hija, Gunilda, con el hijo y heredero del emperador, el futuro Enrique III; además, Conrado le cede a Canuto las marcas de Schleswig y Pomerania para que las gobierne.Destacado entre los que se erigieron para llenar el vacío fue Canuto, «cuyo liderazgo del mundo escandinavo le otorgó una influencia única sobre las colonias occidentales y cuyo control de sus arterias comerciales dio una ventaja económica a la dominación política».[13] Este verso menciona a Olaf Haraldsson en pasado, ya que su muerte en la Batalla de Stiklestad se produjo en 1030.[17] Además, un Lausavísa atribuible al skald Óttarr svarti saluda al gobernante de los daneses, irlandeses, ingleses y habitantes de las islas[18] -es probable que el uso de irlandeses aquí se refiera a los reinos Gall Ghaedil más que a los reinos gaels.[15]} Las acciones de Canuto como conquistador y su despiadado trato a la dinastía derrocada le habían incomodado con la Iglesia.Su patria, Dinamarca, era una nación cristiana en auge, y el deseo de realzar la religión aún estaba fresco.Otra sede favorecida por el rey era Winchester, segunda en riqueza tras la de Canterbury.[31] Tal generosidad hacia sus súbditos, que sus skalds llamaban "destruir el tesoro",[32] era popular entre los ingleses.Los monasterios de Ely y Glastonbury tampoco parecían tener buenas relaciones.[29] Se sabe que envió un salterio y un sacramentario hechos en Peterborough (famoso por sus ilustraciones) a Colonia,[34] y un libro escrito en oro, entre otros regalos, a William el Grande de Aquitania.[36] Durante su estancia en Roma, Canuto llegó a un acuerdo con el Papa para reducir las tasas que pagaban los arzobispos ingleses por recibir su palio.Según la leyenda apócrifa, los bardos de la época hablaban del Gran rey Canuto, que gobierna nuestra tierra, a quien el sol, la luna y las estrellas obedecen.Canuto aparece en el libro A Hollow Crown: The Story of Emma, Queen of Saxon England de la autora Helen Hollick, centrado en su mujer, Emma de Normandía, por lo que cubre su vida marital.