[4] Ejerció además como expedicionario, guía de safaris fotográficos en África, conferenciante y escritor.
Murió en Alaska, junto con dos colaboradores y el piloto, al accidentarse la aeronave que los transportaba mientras hacían una filmación aérea para uno de sus documentales.
Su padre era notario de profesión, gran aficionado a la lectura y amante del castellano, por lo que en la casa se respiraba un ambiente intelectual.
Él mismo describiría su lugar de nacimiento como una «comunidad humana» en «convivencia armónica con los paisajes» que configuraron su «universo zoomórfico».
Veraneaba habitualmente en Santander, ciudad en la que llegó a ejercer profesionalmente su padre.
El primer año, atraído por la libertad recuperada tras sus siete años en el internado y las nuevas experiencias que le brindaba la ciudad, no fue un buen estudiante y solo aprobó las tres asignaturas más fáciles.
Fue un gran aficionado al deporte, logrando ganar el campeonato universitario de 400 metros lisos.
En esta época causa una gran influencia sobre él el biólogo José Antonio Valverde, que alcanzaría una enorme repercusión internacional a finales de los años cincuenta al enfrentarse a los planes del Ministerio de Agricultura para desecar las marismas del Guadalquivir, lo que llevaría a la creación en la zona del parque de Doñana.
En 1957 se gradúa en Estomatología en Madrid, consiguiendo el Premio Extraordinario Landete Aragó, nombrado en honor del pionero de la especialidad en España.
En 1964 recibe el encargo del Gobierno español de capturar dos halcones peregrinos y ofrecérselos como regalo al rey Saúd de Arabia Saudita, viajando a ese país para entregárselos.
Es el primero que empieza a hablar de la fauna y la flora del país por sus valores intrínsecos, al margen del valor económico, el único que primaba entonces.
Continúa sus colaboraciones en varios programas de televisión, como Imágenes para saber (1966) y A toda plana (1967), donde muestra su interés por los pueblos indígenas.
Sus estudios sobre este mítico animal profundizaron en la etología de esta especie que fue un cazador social que compartió con la especie humana la cúspide trófica durante los últimos 100 000 años de la era del Paleolítico.
El éxito fue rotundo: ese primer año los daños se redujeron a cero.
En 1970 Aviación Civil le propuso hacer lo mismo en el aeropuerto de Madrid-Barajas, lo cual llevó a cabo mediante Operación Baharí II.
Aunque Félix se interesaba especialmente por la educación de los niños, consiguió llegar a todos los públicos.
Entre 1970 y 1974 realiza la primera de sus grandes series que le darían reconocimiento internacional, especialmente en el ámbito hispanohablante, Planeta azul.
Por último, de la serie norteamericana sólo se pudo filmar la parte canadiense y dos capítulos en Alaska.
La serie se convirtió en un referente mundial y filmó algunos animales por primera vez, como el desmán de los Pirineos.
El día 10 se trasladó junto con un equipo de El hombre y la Tierra a Alaska, al círculo polar ártico, para filmar la Iditarod Trail Sled Dog Race, la carrera de trineo con perros más importante del mundo.
Para ello contrataron los servicios del piloto Tony Oney y su socio Warren Dobson.
Poco antes de montar, comenta: «Qué lugar más hermoso para morir».
Le acompañan Teodoro Roa y Alberto Mariano Huéscar, ambos cámaras de Televisión Española.
Tras despegar de Unalakleet, las dos avionetas vuelan casi juntas y, poco después, la que pilota Dobson se estrella en circunstancias extrañas.
El principal diario del estado publicó en portada con grandes letras «Adiós a nuestro Jack London español».
Según las encuestas que recoge su biógrafo, Miguel Pou, entre 1971 y 1974 en España se le consideró «el personaje más famoso después de Franco».
También se erigió un monumento a su memoria en el lugar justo del accidente —Alaska—, pero fue destruido para construir una carretera.