Reserva natural de Lagunas de Villafáfila

Este espacio se caracteriza por ser una pequeña depresión (675 m de altitud) circundada por suaves tesos, que ha dado lugar a una pequeña cuenca endorreica que es vertebrada a duras penas por el río Salado.Junto a estas hay otras de menor entidad cómo: Bamba, El Hinojo, Las Paneras, Redondales, El Rual, Salina Pequeña, San Pedro, El Triunfo o Villardón.Se encuentra situada entre las cuencas de dos importantes afluentes del río Duero: la del Esla al oeste, que nace en la cordillera Cantábrica y que transporta un importante caudal, y la del Valderaduey al este, que nace entre las provincias de León y Palencia.Situadas en medio de un infinito paisaje cerealista, entrañan sin embargo una belleza especial, sobre todo con la salida del sol y al atardecer.En su centro se localiza un complejo lagunar de carácter salino, estacional y estepario.Los datos geológicos indican que los materiales más representados pertenecen al Terciario y Cuaternario, cubriendo de forma discordante a otros materiales paleozoicos que forman el basamento de la cuenca.Una cuenca endorreica es un área geográfica aislada en la que, debido a su relieve, no existen puntos de desagüe hacia el exterior, por lo que las corrientes fluyen hacia el interior, y el agua se acumula en las cotas inferiores.De hecho, aunque la mayor parte del agua se acumula en Villafáfila, esta sin embargo no es una auténtica cuenca endorreica, ya que hay un pequeño desagüe en el sector suroeste, por lo que es más acertado calificarla de cuenca semiendorreica.Por una parte, el agua que llega a estas lagunas tiene un alto contenido en sales, principalmente cloruro sódico y magnésico, ya que circula por estratos arenosos y suelos aluviales ricos en estas sustancias.La existencia de las sales ha tenido a su vez, una importante papel económico durante siglos.La arquitectura popular se caracteriza por el uso de la tierra como principal materia prima.La mayor parte de las iglesias existentes en los pueblos, construidas en piedra y ladrillo, cuentan con importantes tesoros artísticos.El complejo lagunar posee una extraordinaria riqueza en invertebrados acuáticos, pero son las aves las que ponen la nota más colorista y espectacular de la Reserva.En ella se concentran casi el 50 % de todas las aves acuáticas censadas en Castilla y León.Como nidificantes pueden destacarse la cigüeñuela, la avoceta, el aguilucho lagunero, la pagaza piconegra, la avefría, el azulón, el zampullín, la cigüeña blanca, el pato cuchara y el chorlitejo chico.Como únicamente invernantes o en paso citaremos al ánsar común, con una media de 26 000 individuos invernantes en la última década, la grulla, el ánade friso, la cerceta común y la espátula.A ella podemos llegar: El recinto alberga también el centro de interpretación en el que se ofrece un recorrido a través del cual se van descubriendo los aspectos más importantes de la Reserva.El recinto también incluye otro recurso interpretativo, el parque de la fauna, formado por tres lagunas artificiales situadas sobre 23 ha y recrea el ecosistema lagunar, recorridas por un sendero en el que se han dispuesto ocho observatorios.
Detalle de una de las charcas.
Nidales de un palomar de la Tierra de Campos en ruinas
Paloma bravía y paloma doméstica crían en los palomares
Hembra (izq.) y macho (der.) de ánade real .
Combatiente, especie observable en Villafáfila .
«El Palomar», casa de la reserva y centro de visitantes.