Ramón J. Sender

Entre sus novelas se encuentran títulos como Imán, Míster Witt en el cantón (Premio nacional de literatura en 1935), Réquiem por un campesino español y Crónica del alba.Ramón nunca consiguió sintonizar con la actitud autoritaria de su padre, como cuenta en sus memorias noveladas Crónica del alba.En estas fechas era ya un periodista muy cotizado, y su novela Imán (1930), basada en la guerra de Marruecos, se había traducido a varias lenguas.La obtención del Premio Nacional de Literatura en 1935 por Míster Witt en el cantón supuso su consagración literaria.Eran tiempos en que la derecha política sostenía un tono condenatorio en relación con los relatos sobre las conquistas y los problemas del socialismo en la Unión Soviética.Al quedar sus hijos desamparados en zona franquista, ya en 1937, pasó a Francia y los recuperó en Bayona por medio de la Cruz Roja Internacional.Al día siguiente se habría presentado en el cuartel del Quinto Regimiento en la calle Francos Rodríguez con una segunda estrella de coronel que le habría otorgado Líster antes de morir.Pero Líster no había muerto y habría dejado en evidencia esta treta con la que Sender buscaría lograr un ascenso inmerecido.[7]​ En cualquier caso, cuando Sender tuvo conocimiento de la muerte de Amparo se apartó del ejército, marchó a Barcelona y desde allí consiguió viajar a Francia y estar dos meses con sus hijos.en Washington y tuvo otros dos hijos, pero las constantes infidelidades por su parte motivaron la disolución del matrimonio.Ese mismo año lo nombraron miembro correspondiente de la Hispanic Society of America.Ya en 1968 hace su primera visita a España que luego repite; pero en 1981 aún sigue en San Diego.Ramón J. Sender se vio forzado a firmar un furibundo manifiesto anticomunista para no perder su empleo en la Universidad de San Diego.Convertido en apolítico para no ser depurado por McCarthy (dirá a Laforet «solo guardo rencor a ese césar pequeñito»), le concedieron el Premio Planeta por En la vida de Ignacio Morell (1969) (Franco había decretado ese año una amnistía para todos los crímenes cometidos en la Guerra Civil).[12]​ Un primer ciclo, previo a la guerra civil española, donde Sender se muestra como un escritor combativo que goza de una posición reconocida como articulista, cuentista y redactor.Por los años de la República tuvo bastante difusión una novela suya que se llamaba “Siete domingos rojos” o algo así.Tuvo bastante popularidad entre el sector “chíbiri” y hoy está olvidado casi por completo.
Redacción de El Sol , vista por Bagaría . En la parte inferior, identificado con el número 32, aparece caricaturizado Ramón J. Sender