[7] Su nombre es un derivado de χείρ kheír que significa 'mano' y podría traducirse por «hábil con las manos».
Se considera también a Quirón como el primer veterinario, ya que usaba sus grandes conocimientos médicos para curar criaturas de todas las especies.
[8][9] Al llegar a una isla de Tracia se encontró con la oceánide Fílira que lo cautivó.
Para evitar que Rea, su esposa, lo descubriera, Crono se transforma en un caballo[8] y copula con Fílira.
Para su sorpresa, el ser nacido tenía una terrible morfología porque del ombligo hacia arriba era una figura divina, pero la parte inferior era la de un caballo.
[10] Una variante en la representación del hecho dice que Crono se transforma en caballo de robustas crines cuando Rea los descubre, huyendo con Fílira al galope.
En ella es Fílira quien se transforma en yegua por pudor ante Crono, en primera instancia con el objetivo de escapar.
Sus habilidades personales tienden a coincidir con las de su padre adoptivo, Apolo, que enseñó al joven centauro el arte de la medicina, las hierbas, la música, el tiro con arco, la caza, la gimnasia y la profecía y le hizo superar su naturaleza bestial.
[16] Apolo, el padre de Aristeo, lo llevó al monte Pelión para que fuera criado por Quirón.
Aristeo se convertiría más tarde en su vida en dios de ciertas artes rústicas como la apicultura y la quesería.
[17] De Acteón se dice que convirtió en un excelente cazador gracias a las lecciones del centauro.
En el poema se narra especialmente la relación del mejor pupilo de Quirón, Aquiles, en donde le enseña preceptos sobre el sacrificio a los dioses, respeto a los padres y enseñanzas cinegéticas y bélicas.
Ptolomeo Queno nos dice que «Dioniso fue amado por Quirón, de quien aprendió cantos y danzas, los ritos báquicos e iniciaciones».
[40] Tetis, a escondidas echaba al fuego los hijos que le nacían de Peleo.
Acto seguido lo envió a Quirón, quien exhumó el cuerpo del gigante Dámiso, que estaba enterrado en Palene.
Cuando Heracles pidió vino, le dijo que temía abrir la tinaja común de los centauros; pero Heracles, animándolo, la abrió y no mucho después, atraídos por el olor, acudieron a la cueva de Folo los centauros armados con rocas y abetos.
Se dice que muerto de esta forma, Zeus lo situó entre los astros en atención a su piedad e infortunio.