Pedro Rodríguez de Campomanes
Se consagró a las reformas en tres sectores: jurídico, económico y político, bajo el signo de la Ilustración.Todos estos trabajos le valieron su inserción en la Real Academia de la Historia en 1748.Asimismo estudió griego con el helenista José Carbonell Fougasse (1707-1801), que era también condiscípulo de Casiri.En 1762 fue nombrado fiscal del Consejo de Castilla, que más tarde presidió.Con esta misma intención reformista publicó en 1774 su Discurso sobre el fomento de la industria popular, que fue muy divulgado por toda España en los consistorios municipales y entre los covachuelistas; y en 1775 su Discurso sobre la educación popular de los artesanos y su fomento, igualmente difundido, el mismo año en que fue nombrado director de la Sociedad Económica Matritense.[7] Como suplemento a esta obra se publicaron en ese mismo año cuatro apéndices, considerablemente más extensos cualquiera de ellos que el Discurso original.Estas Sociedades Económicas de Amigos del País, fundadas con el espíritu de la ilustración, pretendían desarrollar y difundir la industria, el comercio, la agricultura, la ciencia y la cultura a todos los ciudadanos.Es más, publicó el influyente Proyecto Económico en el que se proponen varias providencias, dirigidas a promover los intereses de España, con los medios y fondos necesarios para su planificación (1779) de Bernardo Ward, suprema inspiración para los economistas españoles incluso desde que se divulgó manuscrito en 1761.Y dejó este retrato de él: Otra estampa ofrece el erudito danés Daniel Gotthilf Moldenhawer: Este carácter activo, enérgico, autosuficiente y monologante le fue apreciado también, con algún agobio, por los subordinados contemporáneos que asistían a sus juntas: En 1780 recibió el título de conde de Campomanes, según una ley que permitía acceder a la nobleza a personas influyentes, aunque sin tradición heráldica.A su muerte en 1802, el ilustrado español Joaquín Traggia compuso e imprimió una oración fúnebre;[16] en la Real Academia de Jurisprudencia Práctica, J. García Doménech leyó un Elogio del excelentísimo señor Conde de Campomanes..., que se imprimió un año después en Madrid.[cita requerida] Tras el cuarto, su biblioteca fue tasada y vendida en 1842 por más de catorce mil reales.En cuanto a la literatura propiamente dicha, solo le interesaba la poesía, y prácticamente nada la narrativa.Han subsistido dos retratos más al óleo; el primero fue realizado por Anton Raphael Mengs entre 1774 y 1776, y era propiedad de Campomanes, a quien se lo regaló el pintor.