José Carbonell Fougasse

Es muy probable que aprendiera lenguas clásicas con el famoso deán Manuel Martí (1663-1737) o alguno de sus discípulos.[2]​ En esta época conoció a Pedro Rodríguez de Campomanes, que tenía apenas veintitrés años y ya establecido en Madrid como abogado, y con él estudió árabe con el sirio maronita Miguel Casiri; Campomanes aprendió luego (desde 1748) el griego de su condiscípulo, algo de lo que Carbonel siempre se enorgulleció.Es más, también había conseguido una impresionante colección de corales y moluscos.Esto último se conoce por el epistolario del naturalista sueco Clas Alströmer quien, entre 1760 y 1764, viajó por España y otros países europeos enviado por su maestro, el botánico Carl Linné o Linneo.Además remitió a Campomanes un Método de enseñar las lenguas Griega, Hebrea, Caldea y Siríaca, obra que, según le explicaba, había compuesto a instancias del canónigo Cristóbal Conde cuando ocupó la cátedra de griego que se abrió en el Sacromonte de Granada y que llevaba varios años durmiendo en un cajón; pero no se imprimió, aunque se conservó entre los papeles de Campomanes.En 1785, agotado tras 42 años de trabajo ininterrumpido al servicio de la Corona y enfermo, dirigió una carta a Carlos III solicitando se le concediera la jubilación con el sueldo entero, pero solo se la concedieron con dos tercios.