Los panes candeales se comercializan en formato redondo, barra, cuadrado, rosca, en espiga o trenzas, entre otras presentaciones.[3] Por su aroma, sabor e historia, el pan candeal se considera un emblema de la panadería tradicional española.[5] Sin embargo, su consumo ha disminuido mucho en la actualidad por su baja rentabilidad y difícil elaboración.Numerosos autores del Siglo de Oro escribieron versos dedicados al pan candeal.Especialmente las hogazas puede durar fácilmente siete días, lo que las hace también idóneas para el trabajo de campo y el pastoreo.Es un pan muy antiguo portugués, de baja hidratación y miga trabajada arduamente con rodillo.Un tipo de pan candeal portugués es la regueifa, usado en las romerías, y también existen otros formatos: la regueifiña, el redondo, la bica o la cacete que es la barra.[22] Los tercios españoles llevaron el pan candeal a Francia, Italia, Flandes y otros lugares de Europa.[6] Según Ibán Yarza, «el pan candeal es una reliquia sentenciada a muerte (...) es un tesoro que las nuevas generaciones no entienden, ni siquiera se valora en ámbitos gastronómicos determinados».[6][28] Bartolomé Méndez, molinero y propietario del Molino Eco-Coín, dice «las subvenciones tuvieron mucha culpa de su desaparición.El refinamiento es una técnica consiste en estirar y doblar la masa sucesivas veces con un rodillo o una máquina de cilindros (breguil).El proceso se puede alargar hasta los 15-20 minutos, lo que equivale a una intensa fuerza física.[13] Los panes de baja hidratación necesitan unos cortes más profundos, que permitan una mejor evaporación durante el horneado.Este proceso se debe ejecutar inmediatamente después del refinado, antes de que la masa comience a fermentar.[5][27] En Castilla y León: En Castilla-La Mancha: En Andalucía: En Aragón: En Canarias: En Asturias: En Portugal: En el refranero español se dice: En general, los registros, así como los refranes, tienden a ensalzar las virtudes de este pan.