Arctodus

[1]​ El cráneo además tiene un rostro amplio y acortado, lo que le da una apariencia vagamente parecida a la de un félido.Plionarctos habría dado origen a varias formas de tamaño mediano como Arctodus pristinus, Tremarctos floridanus y Arctotherium sp.[7]​[8]​[9]​ Tanto Arctodus como Tremarctos estuvieron mayormente restringidos a las zonas más boscosas de la parte oriental del continente, ya que se piensa que el cánido Borophagus y el oso Agriotherium habrían limitado la presencia de los tremarctinos en las zonas más abiertas del oeste norteamericano.Tremarctos floridanus establecería un rango que abarca mayormente el Golfo de México (aunque también se extendió por California e Idaho),[9]​ mientras que Arctodus pristinus se dispersó desde Aguascalientes en México,[10]​ hasta Nueva Jersey ya en Estados Unidos.[23]​[24]​ A pesar del amplio rango temporal y geográfico de Arctodus simus, sus restos fósiles son comparativamente raros (hasta 109 hallazgos reportados para 2010, en yacimientos por lo demás bien estudiados).[1]​ Hay mucha variación en el tamaño de los adultos, lo cual podría ser debido a la escasez de hallazgos, el dimorfismo sexual y los potenciales ecomorfos que podrían estar aumentando ese tamaño promedio para Arctodus.En contraste, los pasajes horizontales en las cuevas aparecen individuos pequeños relativamente completos para los cuales sería esperable que se pudiera encontrar el báculo, de haber estado presente.[32]​[33]​ Con respecto a su locomoción, si bien la forma de la articulación del codo sugiere que Arctodus, Arctotherium bonariense y Arctotherium wingei posiblemente habrían retenido las adaptaciones para trepar a los árboles, el mismo tamaño del codo indica que Arctodus no habría sido arborícola.Ya que el epicóndilo medial presentaba una expansión notable en estas especies, es más probable que como ocurre con el oso panda, los extintos Arctodus y Arctotherium conservaran este rasgo para tener un alto grado de destreza en las extremidades delanteras.Arctodus pristinus pudo haber coexistido con especies de megafauna como las aves del terror (Titanis), félidos dientes de sable (Xenosmilus), perezosos gigantes (Eremotherium, Glossotherium y Megalonyx), armadillos gigantescos (Holmesina, Glyptotherium), gonfotéridos (Rhynchotherium y ¿Cuvieronius?[7]​[11]​[13]​ A pesar de una amplia gama de ideas, los académicos han concluido en su mayoría que Arctodus simus habría sido un omnívoro enorme y oportunista, con una dieta flexible y adaptada a la localidad, como ocurre con el oso pardo.[7]​[43]​ Al preferir generalmente hábitats abiertos y mixtos, Arctodus simus era particularmente abundante en el oeste de Norteamérica.Este animal habría tenido el potencial de ser un cleptoparásito, disputando las presas a los depredadores contemporáneos tales como lobos gigantes, Smilodon, Homotherium, pumas, doles, lobos grises, jaguares, guepardos americanos, leones americanos, leones de las cavernas (en el Yukón) y otros osos.Estos animales entonces pudieron haber sido incluidos en su dieta, junto con otros herbívoros que consumían la vegetación C3 (por ejemplo, aquello que ramoneaban hojas, raíces, frutas, tallos y flores) como Camelops, Platygonus, Nothrotheriops y el mastodonte americano.Una vez muerta, la presa es arrastrada a un lugar seguro (como un área de bosque) y consumida, dejando solo restos del esqueleto.[50]​ Estos comportamientos podrían ser aplicables para los tremactinos gigantes como Arctotherium y Arctodus.Los osos pardos, junto con los leones, bisontes y zorros rojos, emigraron por primera vez hacia América del Norte a través de Beringia durante la glaciación illinoiense (hace unos ~170 mil años).Una vez que Arctodus se extinguió en Beringia hace 20 mil años, los osos pardos recolonizarían toda Beringia, pero con dietas más carnívoras que las de sus contrapartes anteriores a la fecha de hace 34 mil años.Esto reforzaría la idea de que estos osos competían por recursos y nichos similares.[28]​ Sin embargo, a la fecha no se conocen registros de adultos con crías asociadas en los yacimientos con cuevas.[51]​ Una propuesta sobre la ecología potencial de A. simus lo visualiza como un depredador tosco que subyugaba a los mamíferos grandes del Pleistoceno con su gran fuerza física.[1]​[53]​[55]​ Sin embargo, durante la persecución de presas veloces, la propia masa física del oso y su postura plantígrada habrían sido una desventaja; los osos pardos modernos pueden correr a velocidades similares pero se cansan rápidamente y no pueden mantener la persecución por largo tiempo.[56]​ En cambio, se identificaron varias fracturas en las coronas dentales e infecciones alveolares en el oso suramericano gigante Arctotherium angustidens.Estas patologías dentales no son observadas en cambio en A. simus, salvo por las fuertes facetas de desgaste en los individuos viejos.Las largas extremidades pueden ser una adaptación para incrementar el campo visual por sobre la vegetación alta de los entornos abiertos.[30]​[59]​[60]​ Adicionalmente, Arctodus parece haber excluido tanto a los leones cavernarios como los osos pardos del este de Beringia en algunas épocas durante el Pleistoceno tardío.En esta hipótesis, los humanos aunque estaban familiarizados con los osos pardos, no habrían podido contender efectivamente contra Arctodus simus y otros grandes carnívoros de la época, una situación que hubiera podido frenar la expansión de la población humana.Estas situaciones pueden haber puesto a los pobladores en competencia con Arctodus simus por las presas, seguramente defendiéndose así como abandonado los restos.[42]​ La datación más reciente para Arctodus simus es 9630 ± 60 años antes del presente, sin embargo dado que la vértebra en cuestión proveniente de Bonner Springs, Kansas, fue datada por otro laboratorio en 10 921 ± 50 antes del presente con colágeno bien preservado, la fecha más reciente es vista con cautela.Estos cambios, que se volvieron extensos hace ∼10.5 miles de años, apuntan hacia las condiciones más frías y húmedas durante el estadio del Dryas Reciente.
Reconstrucción de Arctodus simus.
Cráneo de A. simus , fotografiado en el Museo Cleveland de Historia Natural en Cleveland , Ohio.
A. simus comparado con un humano.
Los enormes caninos de los félidos dientes de sable como Smilodon pudieron haber hecho dificultoso el consumo de presas, presentando una oportunidad de alimentarse para Arctodus .
El pariente vivo más cercano de Arctodus , el oso de anteojos, puede proporcionar un análogo en términos de comportamiento para sus extintos parientes tremarctinos.
Reconstrucción del esqueleto de Arctodus simus .
Hueso del brazo de un mastodonte americano con marcas de mordidas de A. simus , del Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver en Denver , Colorado.
Los rasgos de la dentadura de A. simus , como la ausencia de daño en los molares asociado con el procesamiento de huesos, de caries y la falta de especialización de los caninos, aleja la posibilidad de interpretar a la especie como un hipercarnívoro.
Se pueden ver paralelos en la dieta con los osos pardos ( Ursus arctos ) y las hienas .
Reconstrucción del esqueleto de Arctodus simus.
Arctodus simus