Mariano fue un creador muy precoz, pues desde muy niño dejó muestra de su don para la escultura.
No empezó a hablar hasta la edad de siete años; dijo de él mismo "He sido mudo hasta los siete años en que comencé a decir algunas palabras.
Luego tartamudeé mucho tiempo y tengo dificultad para hablar, incluso cuando me enfado soy más torpe de expresión [...]".
A los nueve años Mariano se inició como tallista bajo la tutela de su hermano Pepe, en Madrid.
Hizo su primera obra importante en Zamora, a la temprana edad de quince años, en 1878.
Su dedicación principal, sin embargo, era entonces la pintura, que siguió cultivando en París al lado de su maestro Domingo Marqués.
En 1887 se estableció definitivamente en Madrid, donde, en la Exposición Nacional de dicho año, obtuvo la primera medalla por la estatua del pintor Ribera.
[2] Casado con la famosa tiple Lucrecia Arana,[3] formó una de las parejas más populares del momento.
Hizo una gran vida social, dejándose ver con frecuencia por cosos taurinos, teatros y tertulias culturales.
Sin duda Hellín dijo un "no" a las dos propuestas, ya que es una verdadera figura de anatomía.