Tito Lucrecio Caro (en latín: Titus Lucretius Carus; c. 99 a. C.-c. 55 a. C.) fue un poeta y filósofo romano.
[5] Su obra se consideró virtualmente desaparecida durante la Edad Media pero fue redescubierta en 1417 en un monasterio alemán, probablemente la Abadía de Fulda,[6] por Poggio Bracciolini y tuvo un papel importante en el desarrollo del atomismo y la ciencia moderna,[7] siendo de gran influencia en figuras como Giordano Bruno, Giambattista Vico, Nicolás Maquiavelo, Michel de Montaigne, Pierre Gassendi y Karl Marx.
[18] Pero esta afirmación es contradictoria, porque el segundo consulado común de Pompeyo y Craso data de 55, mientras que Virgilio cumplió 17 años, la edad a la que se toma la toga viril, en el año 53; sin embargo, podría tener sentido si Virgilio hubiera tomado la toga viril a los 15 años.
[20][22] En la Vita Borgiana, Girolamo Borgia escribió que Lucrecio tuvo amistad con «Tito Pomponio Ático, Cicerón, Marco Bruto y Cayo Casio».
[23] No obstante, esta fuente se rechaza como "reelaboración humanística"[4] o "invención renacentista".
[23] Por los años 50 a. C. escribió su poema epicúreo De rerum natura, que dedicó al noble Cayo Memio[21] y, según Jerónimo, Cicerón editó dicho poema, pese a que el de Arpino formuló en sus tratados duras críticas al epicureísmo.
En tiempos antiguos, la imaginación popular se complacía en castigar así al ateo con esta vida por los dioses que había injuriado».
[36] Lucrecio es autor del largo poema didáctico Dē rērum natūra (Sobre la naturaleza de las cosas), perteneciente al género del peri physeos y compuesto en algo más de 7400 hexámetros dactílicos distribuidos en seis libros.
La opinión dominante sostiene que como máximo solo le falta al poema la conclusión del libro VI.
Los organismos vivos sobrevivieron debido a la relación proporcional entre su fuerza, velocidad o intelecto y la dinámica externa de su entorno.
Lucrecio cuestionó la suposición de que los humanos son necesariamente superiores a los animales, y señaló que las madres mamíferas en la naturaleza reconocen y cuidan a sus crías como lo hacen las madres humanas.
Pudo haber considerado que el bronce era una variedad de cobre más fuerte y no necesariamente un material totalmente individual.
Aunque su teoría permaneció inactiva durante muchos siglos, fue revivida en el siglo XIX y se le atribuye el origen del concepto del sistema de las tres edades que fue formalizado a partir de 1834 por C. J.
Cicerón le consagra una frase en una carta a su hermano Quinto el año 44 antes de Cristo: «El poema de Lucrecio, como dices, testimonia a la vez mucho genio y mucho arte».
[53] Las ideas lucrecianas fueron apreciadas durante la Ilustración, pero el poema siguió influyendo en los autores románticos, siendo admirado por Shelley, Swinburne, Tennyson o Victor Hugo, y considerado por Leopardi la prima voce de la edad latina.
Ya en el siglo XX reivindican y divulgan a Lucrecio Henri Bergson, André Gide o George Santayana, entre otros.
También es importante, por sus méritos filológicos y por sus caudalosas notas, la versión bilingüe del humanista inglés John Mason Good, (Londres, 1805, 2 vols.)
Error en la cita: La etiqueta definida en las
Error en la cita: La etiqueta definida en las
Error en la cita: La etiqueta definida en las
Error en la cita: La etiqueta definida en las
Error en la cita: La etiqueta definida en las
Error en la cita: La etiqueta definida en las