El mismo se originó en la filosofía griega alrededor del siglo VI a. C..
[1] y no se relaciona con la posterior teoría heliocéntrica, ya que el geocentrismo también postulaba la esfericidad de la Tierra.
Varios estudiosos han argumentado que Parménides fue el primero en aceptar la esfericidad de la tierra.
[9] El concepto de la Tierra esférica había desplazado a las opiniones primitivas, fundadas en cosmologías de carácter religioso o en observaciones limitadas, las cuales consideraban que la superficie del mundo era idéntica a un plano.
[11][12] Otras especulaciones antiguas sobre la forma del mundo incluyen un zigurat de siete niveles o montaña mágica, al que se alude en el Avesta persa y la rueda, tazón o plano con cuatro esquinas mencionados en el Rig-veda.
[16] Un origen plausible es la apreciación visual de otros cuerpos celestes, como el Sol o la Luna, cuya forma, a simple vista, se ve circular.
"Desde entonces, casi ningún filósofo o astrónomo serio ha dudado de que la tierra es una esfera".
Utilizando los distintos ángulos que forman las sombras como base de sus cálculos trigonométricos, estimó la circunferencia a 250 000 estadios.
[24][25][26] Desconocemos exactamente como midió Eratóstenes la distancia entre Siena y Alejandría, y tampoco conocemos el método utilizado para obtener el ángulo de incidencia de los rayos del Sol en Alejandría (podría haber utilizado un gnomón).
Dado que Aristarco de Samos había calculado la distancia relativa de la Tierra al Sol con respecto a la Luna, y ésta resultaba ser unas 19 veces mayor, los rayos del Sol llegan prácticamente paralelos a la Tierra.
En el tratado matemático chino Zhoubi Suanjing, del siglo I d. C., se incluía una medición similar, sin cuestionar la idea tradicional de la Tierra como un plano, pero considerando que el cielo era una esfera que la rodeaba por completo.
En este orbe, como fue llamado, aparecía el Ecúmene, las tierras habitadas, y otros tres continentes ubicados en los cuatro cuartos del globo.
En su Almagesto, que fue el referente estándar sobre astronomía durante 1 400 años, avanza muchos argumentos para la esfericidad de la Tierra.
Para evitar tal enfrentamiento, tomó la posición de que no necesitamos saber eso y tal conocimiento era bastante innecesario: "Moisés, guarda silencio en cuanto a las formas [...] Ha pasado en silencio, como inútil, todo lo que para nosotros es insignificante".
Las trazas se vuelven cada vez más evidentes con el surgimiento de la escolástica y la enseñanza medieval.
Para determinar la longitud de un grado de latitud , utilizando una cuerda para medir la distancia recorrida hacia el norte o el sur (arco meridiano) en un terreno llano y desértico hasta llegar a un lugar donde la altitud del Polo Norte había cambiado en un grado.
[65] Al-Farghānī Al-Farghani (conocido como Alfraganus) fue un astrónomo persa comisionado por Mamun para medir el diámetro de la Tierra.
En contraste con sus predecesores que midieron la circunferencia de la Tierra observando el Sol simultáneamente desde dos lugares distintos, Al-Biruni desarrolló un nuevo método utilizando cálculos trigonométricos basado en el ángulo formado entre un plano y la cima de una montaña, con lo que obtuvo mejores mediciones de la circunferencia terrestre e hizo posible el realizar esta medición desde un solo lugar, por una sola persona.
Cosmas Indicopleustes y el cristianismo siríaco La idea de una Tierra plana persistió largamente en el cristianismo siríaco, cuya tradición daba gran importancia a una interpretación literal del Antiguo Testamento; Cosmas Indicopleustes (marino alejandrino que terminó sus días como monje nestoriano), defendió esta cocepción en su obra Topografía Cristiana (griego: Χριστιανικὴ Τοπογραφία, latín: Topographia Christiana) escrita en el siglo VI.
[79] La última parte del libro está dedicada a polemizar con otros monjes y eruditos cristianos que defendían la forma esférica de la Tierra.
Boecio Boecio (c. 480 – 524/525) al comentar sobre el amor y la fama en Consolación de la filosofía explica cuán triviales son estos en la gran escala del universo: El obispo y erudito Isidoro de Sevilla (560–636) enseñaba, en su conocida enciclopedia Etymologiae, que la Tierra era redonda.
[84][87] Macrobio La creencia de la Tierra esférica se reflejó en muchos diagramas y mapas medievales.
Pues de verdad es un orbe situado en el centro del universo; su ancho es el de un círculo, y no circular como un escudo sino más bien como una pelota, y se extiende desde su centro con redondez perfecta hacia todos lados.
[92] Hildegarda de Bingen, (1098–1179), describe una Tierra esférica varias veces en su trabajo Liber Divinorum Operum.
El filósofo dominíco Santo Tomás de Aquino (1224 - 1274) en su obra magna, la Suma Teológica, dice que:[94]
[95] La Divina comedia de Dante Alighieri, escrita en italiano a principios del siglo XIV, retrata la Tierra como una esfera, discutiendo sus implicaciones como las distintas estrellas visibles desde el hemisferio sur, la posición alterada del Sol y los diferentes husos horarios de la Tierra.
Esto resolvería la confusión creada por la práctica de calcular la distancia entre dos lugares comparando la sombra que proyectaban dos objetos al mismo tiempo, ocupando el mismo proceso que utilizó Eratóstenes para medir el radio de la Tierra.
Por ejemplo, Santes Pagnino tradujo por sphaera (esfera) la palabra hebrea khûg (círculo) de Isaías 40:22 ("Él está sentado sobre el círculo de la tierra"); y Benito Arias Montano y François Vatable por globus (globo).
Toscanelli expuso una idea para llegar a las islas de las Especias navegando desde Europa hacia el oeste.
[100] Si bien la circunnavegación por sí sola no prueba que la forma de la Tierra sea esférica, este hecho combinado con la evidencia obtenida por el conocimiento trigonométrico despejó toda duda razonable demostrando la esfericidad de nuestro planeta.