Salvator Mundi ("salvador del mundo" en latín) es un tema del arte cristiano que representa el concepto cristológico de Jesucristo como salvador en su implicación escatológica para toda la humanidad (la parusía o segunda venida -véanse también Juicio Final, Cristo Juez, Cristo Rey, Transfiguración de Jesús, Redención, etc.-).
"En los monumentos del antiguo arte cristiano se distinguen en gran variedad la disposición de los dedos al dar la bendición.
El tema Salvator Mundi, que mezclaba esas iconografías con la de la Santa Faz, tuvo gran desarrollo en la pintura de la segunda mitad del siglo XV a partir del Tríptico Braque de Rogier van der Weyden (1452),[4] tanto por los primitivos flamencos (Jan van Eyck, Hans Memling, Gérard David),[5] como los italianos (Antonello da Messina) y los españoles (Fernando Gallego).
En el cambio de siglo fue tratado por Leonardo da Vinci y Alberto Durero.
En el siglo XVI fue repetidamente representado por Tiziano (varias de estas obras se conservan en el Hermitage).