Bendición

Gramaticalmente, se trata de oraciones con modalidad desiderativa (lo mismo que su contrario, las maldiciones).

Hallamos también bendiciones en la lírica tradicional (como la canción sefardí Buena semana nos dé Dio / alegres y sanos) e incluso en la música pop, con ejemplos como Forever Young de Bob Dylan, bendición dirigida a sus hijos (May you stay forever young/Que permanezcas siempre joven), o el canto que cierra A Very Cellular Song, de la Incredible String Band: Sinónimo: Génesis Traducción al español La costumbre de dar la bendición se remonta a la antigüedad.

Los obispos, cuando atravesaban las iglesias o a su paso por las calles, daban su bendición al pueblo.

Cuando iban a la corte no se volvían sin haber dado la bendición al rey.

No a todos los eclesiásticos corresponde el hacer algunas bendiciones; las que se llaman consagraciones porque van acompañadas de alguna unción, están reservadas exclusivamente al orden episcopal.

En muchas catedrales y aun en algunas iglesias, había la costumbre de recibir el predicador la bendición antes de empezar el sermón; esta bendición dio origen a muchas cuestiones entre los curas propios y los vicarios perpetuos; pero se decidió que los curas propios, en los días que podían oficiar, tenían derecho a echar la bendición al predicador con exclusión del vicario perpetuo.

Antes del establecimiento del cristianismo no se usaba esta ceremonia, pues según Fleury, no se ve que en el matrimonio de los judíos interviniera ninguna ceremonia religiosa, y si había alguna era únicamente la bendición paternal.

Desde los primeros siglos de la iglesia la bendición nupcial fue considerada como un medio por el que esperaban los desposados llamar sobre si la unción de la gracia celeste, bendición que fue recomendada a los fieles por los discípulos de los apóstoles, como puede verse en San Ignacio, que en su epístola a Policarpo, dice: Nubat in ecclesia benedictione ecclesiae ex domini precepto.

Al pronto pareció que esta precaución evitaría los fraudes en este punto, pero por una connivencia con los testigos, que ordinariamente se buscaban jóvenes, se eludió esta disposición, volviendo la cara atrás dichos testigos en el acto de proferirse el juramento; y más tarde cuando una madre abandonada por un traidor, reclamaba ante el obispo la fe de aquellos testigos; decían que ellos no hablan visto nada.

Viendo estos abusos, fue preciso buscar garantías más eficaces y tomando en ello parte la iglesia por órgano del mismo emperador, mandó este en la novela 74, cap.

Este fue el último método de matrimonios celebrados en la iglesia a los que se les añadió la bendición nupcial.

Isaac bendiciendo a Jacob .
Bendición a unas campanas
Bendición del mar, Alphonse Legros, 1872
San Antonio Abad bendiciendo a los animales
Bendición nupcial, de Pascal Dagnan-Bouveret