Consagración (ceremonia)

La costumbre de consagrar a Dios los hombres destinados a su servicio, los sitios, los vasos e instrumentos que deben servir para su culto, es de la más remota antigüedad.

Pastores evangélicos generalmente se ordenos en una ceremonia llamada "consagración pastoral".

[1]​[2]​[3]​ Dios había mandado a Moisés que le construyese un tabernáculo o una tienda y a Salomón que le edificase un templo; mucho tiempo antes Jacob había consagrado la piedra sobre la cual había tenido una visión misteriosa, y la llamó la casa de Dios; aquí fue donde edificó un altar por orden de Dios mismo y donde ofreció un sacrificio.

Luego que el templo fue edificado, dedicado o consagrado, dijo Dios a Salomón: he oído vuestra súplica, he santificado esta casa; mis ojos y mi corazón permanecerán para siempre en ella.

3, Independientemente de los textos del Antiguo Testamento, en los que Dios había mandado consagrar por medio de ceremonias el tabernáculo, los altares, los vasos destinados a su culto y aun sus sacerdotes, sus manos y sus hábitos y de los pasajes en que todas estas cosas son llamadas santas, sagradas, santuario, etc., el Nuevo Testamento nos presenta otros muchos ejemplos de igual significación.

Sacerdote católico celebrando la santa misa