Según leyendas piadosas, la imagen del Milagroso Niño Jesús de Praga perteneció en su día a Santa Teresa de Jesús y es considerada una imagen milagrosa, especialmente entre las mujeres embarazadas.
La imagen fue donada a los frailes Carmelitas Descalzos en 1628 por la noble Polixena de Lobkowitz.
La devoción a esta figura fue difundida en España y por todo el mundo por la orden de los Carmelitas Descalzos.
En la iglesia también se encuentra el Museo del Niño Jesús de Praga, en donde se exponen todas sus alhajas y sobre todo, sus mantos con trajes de otros colores litúrgicos, que cada cierto tiempo le son cambiados a la imagen.
Se le asocia con el buen tiempo, por lo que se suelen colocar en jardín para ahuyentar la lluvia, normalmente en caso de una boda próxima o algún evento especial que sea al aire libre.