[2][3] En 1953 ocupó una cátedra de lenguas clásicas en Sevilla y, en 1964, en Madrid, en la Universidad Complutense (UCM), hasta que la dictadura franquista lo separó de la cátedra[4] madrileña en 1965 junto a Enrique Tierno Galván, José Luis López Aranguren y Santiago Montero Díaz por prestar su apoyo a las protestas estudiantiles.
[5] José María Valverde y Antonio Tovar renunciaron a sus cátedras voluntariamente como protesta contra esta medida.
En la capital francesa coordinó una tertulia política en el café La boule d'or del Barrio Latino.
Formó parte del Círculo Lingüístico de Madrid junto con Rafael Sánchez Ferlosio y Carlos Piera.
[1] En 2013, se publicó un homenaje, Encuentros con ¿Agustín García Calvo?, que recoge el testimonio de diversas gentes que lo trataron, como Isabel Escudero, Fernando Savater, Jesús Ferrero, Carlos García Gual, Félix de Azúa y Amancio Prada.
[7] Como filólogo, hizo importantes contribuciones a la lingüística general, la prehistórica o indoeuropea, la grecolatina y la del espofcont («español oficial contemporáneo»).
En 2009, se publicó su trilogía Elementos gramaticales, concebida como libro de texto para iniciar en la gramática a adolescentes.
Como escribe Savater en su autobiografía, «fue fundamental en mi devenir intelectual y moral encontrarle, no menos que luego despegarme de él».
En sus obras e intervenciones, García Calvo trató de dar voz a un sentir anónimo, popular, que rechaza los manejos del Poder.
[17] El progreso del Poder llega a su cúspide en las sociedades democráticas, compuestas por Masas de Individuos.