También se ha utilizado para describir la creciente presencia judía en Jerusalén en los últimos siglos, y en concreto para describir al yishuv, que ya a mediados del siglo XIX se hizo mayoritario en la ciudad, hasta que en 1948 la guerra árabe-israelí supusiese un drástico cambio demográfico en la misma, con las tropas israelíes expulsando o provocando la huida de los árabes de Jerusalén Oeste mientras las tropas jordanas hacían lo propio con los judíos de Jerusalén Este.A comienzos del siglo XVI, Jerusalén era mayoritariamente musulmana, pero sus poblaciones judías y cristianas fueron creciendo gradualmente, dando lugar a la división clásica de la Ciudad Vieja de Jerusalén en cuatro barrios: musulmán, cristiano, armenio y judío.[3] En 1967, tras infringir una aplastante derrota a sus vecinos árabes en la Guerra de los Seis Días, Israel ocupó militarmente Cisjordania, la Franja de Gaza, Jerusalén Este, los Altos del Golán y la península del Sinaí, todos los cuales (salvo esta última) permanecen ocupados a día de hoy.Desde entonces, ningún país del mundo ha reconocido la anexión israelí de Jerusalén Este.A los palestinos que permanecieron en Jerusalén Este tras la guerra se les otorgó el estatus de residentes permanentes, lo que les permite votar en las elecciones locales, pero no en las nacionales.Yiftachel afirma que la judaización es un proyecto de Estado aplicado en toda Israel, no solo en Jerusalén.[10] Sin embargo, el término se ha generalizado hoy en día y los propios líderes israelíes lo han usado para describir sus políticas en la ciudad.[12] Otro ejemplo es el del exministro de transportes israelí Bezalel Smotrich, quien declaró abiertamente: «voy a judaizar la Galilea».[14] El gobierno israelí ha intentado judaizar Jerusalén Este desde su conquista y ocupación en 1967 para mantener una mayoría judía frente al riesgo demográfico que supone la mayor tasa de natalidad de la comunidad palestina.El porcentaje de población judía en Jerusalén ha disminuido del 74 % en 1967 al 66 % en 2005.Para invertir esta tendencia, estos expertos sugieren dos posibilidades: o expandir los términos municipales de Jerusalén hacia el oeste (para añadirle nuevos centros de población judía), o sacar algunos barrios palestinos del término municipal jerosolimitano.[16] Cuando Israel conquistó y se anexionó unilateralmente Jerusalén Este, amplió el término municipal de lo que autodenominó como su capital.Para mitigar el efecto demográfico que esto podía tener sobre las elecciones, Israel no concedió la ciudadanía israelí a los palestinos de Jerusalén Este, sino que los calificó de «residentes permanentes» y les negó el derecho de voto en las elecciones israelíes.Esta práctica no se aplica a los habitantes judíos de la ciudad.[15] La planificación urbana ha sido un instrumento más para cambiar la demografía de Jerusalén.Para la creación de este centro cultural se renovó una antigua sinagoga yemení que había sido abandonada a comienzos del siglo XX, para lo que se expulsó a los habitantes palestinos que residían en el lugar y se alojó en su lugar a colonos judíos.[24] En un ensayo coescrito por Oren Yiftachel y Haim Yaacobi, ambos afirman que «a Israel le gustaría que los residentes palestinos de Jerusalén considerasen su judaización como "inevitable", un hecho que debe ser aceptado de una manera pasiva como parte del desarrollo moderno de la metrópoli».Sin embargo, no se han promulgado leyes similares que prohíban a los judíos comprar viviendas en los barrios cristiano, musulmán o armenio de la Ciudad Vieja, ni tampoco en el resto de Jerusalén Este.Un ejemplo de este tipo de manipulación histórica es el lugar que el gobierno israelí denominó Establos de Salomón, que según este diario no había sido construido en tiempos del propio Salomón sino siglos después, durante el reinado del emperador romano Adriano.Según Valerie Zink, desde 1948, Israel ha buscado transformar el paisaje físico y demográfico de Jerusalén para hacerlo coincidir con la visión sionista de una Jerusalén unida y fundamentalmente judía bajo soberanía israelí.Marc H. Ellis argumenta que, aunque políticos como Simon Peres, Isaac Rabin o Benjamin Netanyahu han enfatizado que una Jerusalén unida bajo soberanía israelí está abierta a todos, la judaización de Jerusalén y su corolario, la pérdida de población y cultura palestina que se está aplicando desde la política israelí, son temas de los que nunca se habla.Según Bollens, en ambos casos se ha aplicado un planeamiento urbanístico a largo plazo para conseguir objetivos políticos.En concreto, Human Rights Watch denunció:[13] Benvenisti escribe que ninguna administración oficial recoge datos demográficos completos de Jerusalén y, como consecuencia, la información disponible acaba siendo interpretada de una manera selectiva e inconsistente tanto por israelíes como por palestinos.[47] En su ensayo «¿Está siendo judaizado Jerusalén?», Weiner repasa las cifras demográficas desde mediados del siglo XIX hasta el presente y concluye que las «pruebas demográficas no apoyan las acusaciones de que Israel está judaizando la ciudad».[51] La Fundación Ir David, también conocida como Elad, trabaja para promover la judaización de Jerusalén Este.[57] Ian Lustick escribe que Dore Gold, uno de los asesores del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en 1996, se opuso a cualquier acuerdo con los palestinos que supusiese establecer la capital de Palestina en Jerusalén Este, aconsejando por el contrario una judaización unilateral de la ciudad entera.[38] Las Naciones Unidas han criticado en diversas resoluciones los esfuerzos israelíes para cambiar la composición demográfica de Jerusalén.[67] También Mahmoud Abbas, el presidente palestino, ha acusado a Israel de limpieza étnica en Jerusalén Este.[68] La Unión Europea considera que Israel está «buscando activamente la anexión ilegal» de Jerusalén Este.La Unión Europea, usando sus canales diplomáticos, ha mostrado su preocupación por la demolición de hogares en Jerusalén Este, que califica de «ilegales según el derecho internacional, no tienen un propósito claro, tienen efectos humanitarios muy duros y fomentan la amargura y el extremismo».
Un
legionario jordano
y dos policías israelíes en la valla que separaba ambas partes de Jerusalén entre 1948 y 1967.