El politólogo Cas Mudde define la etnocracia como «una democracia en la que la ciudadanía está basada en la etnia» —relacionándola así con el etnocentrismo—.
[2] Las etnocracias son el resultado y el objetivo del etnonacionalismo o nacionalismo étnico, y han sido diferenciadas de las Democracias Étnicas[3] en el grado de coacción que ejerce la comunidad dominante, o se han contrapuesto a las Democracias Liberales,[4] dónde la pertenencia étnica no representa un motivo político.
Las etnocracias se caracterizan por su control del sistema - legal, institucional, cultural y económico - y de todos aquellos instrumentos considerados necesarios para asegurar el dominio de un grupo étnico determinado sobre los demás.
Otra posibilidad puede darse cuando la participación democrática está únicamente reservada a una parte privilegiada de la población, y no es ofrecida al resto de grupos (como en el caso del antiguo apartheid en Sudáfrica).
[10] Israel ha sido considerado una etnocracia por distintos académicos como Alexander Kedar,[11] Shlomo Sand,[12] Oren Yiftachel,[13] Asaad Ghanem,[14] Haim Yakobi,[15] Nur Mashala[16] y Hannah Naveh.