Fue el hombre elegido por Alfonso XIII para educar a sus hijos al apreciar en su persona cualidades convenientes, permaneciendo en el cargo desde noviembre de 1925 hasta 1930:
En 1931, tras la proclamación de la Segunda República, por su sentimiento monárquico dejó el ejército acogiéndose a la Ley Azaña.
Para asegurar la coordinación entre las tres armas fue establecido un Alto Estado Mayor, cuyo jefe adquiría, por esta causa, extraordinario relieve.
[16] El nombrado fue Juan Vigón, y cuando este sustituyó a Yagüe como ministro del Aire el cargo recayó en Francisco Martín-Moreno[17] Vigón ocupó el cargo hasta el 20 de julio de 1945, cuando fue sustituido por el también general Eduardo González Gallarza.
Juan Vigón anunció, por primera vez, el deseo que tenía España de controlar todo Marruecos.
El ministro español le explicó que España no había hecho el menor preparativo al respecto.
Cuando Franco abandona el territorio español para entrevistarse en Bordighera con Benito Mussolini, entrega plenos poderes a un triunvirato formado por José Enrique Varela, Juan Vigón y Esteban Bilbao, todos monárquicos, tradicionalistas, y no germanófilos.
[23] Si algo imprevisto sucedía, España debía ser conducida por ellos a la resistencia contra los alemanes.
Serrano Súñer se opuso, y Vigón tuvo que rechazar la invitación de su colega Goering.
[30] En los sectores tradicionalistas causó alarma el posible retorno a la monarquía liberal de 1874, y diecisiete figuras prominentes del carlismo elaboraron y firmaron un manifiesto que, por medio del general Vigón, llegó a manos de Franco.