José de la Mar

Como militar participó en la guerra de la independencia española y posteriormente luchó en el Perú, primero en el ejército realista, para pasar luego a las filas patriotas, contribuyendo decisivamente a la victoria final en Ayacucho.

Comandó a las tropas peruanas durante la guerra contra la Gran Colombia; pero fue derrocado en pleno conflicto por el general Agustín Gamarra y desterrado a Costa Rica, donde falleció poco después.

Por entonces Fernando VII había sido restituido en el trono español y reimplantado el absolutismo en la península.

Por esos días Abascal fue sustituido por Joaquín de la Pezuela, con quien La Mar trabó buenas relaciones, estando siempre presente en todas las juntas de guerra reunidas para organizar la defensa militar del Virreinato.

En marzo de 1819, una escuadra patriota procedente de Chile y bajo el mando del almirante Thomas Cochrane inició el bloqueo del Callao, y tras un ligero combate se retiró con algunas presas realistas.

Dicha escuadra volvió a amenazar el puerto en septiembre de ese año.

Sitiado por mar y por tierra, La Mar rechazó todos los ataques patriotas, hasta que en septiembre de ese año, llegó desde la sierra el general realista José de Canterac, quien acampó en el Callao tras una maniobra temeraria a la vista del ejército patriota.

Se le considera por ello a La Mar como el primer presidente constitucionalmente electo en el Perú, aunque lo haya sido en un cargo colegiado.

Siguiendo el plan que dejara San Martín, organizó la Primera Expedición a puertos intermedios contra los realistas que aún resistían en el sur peruano, pero dicha campaña terminó en fracaso y se le responsabilizó de ello.

Además, se le acusó de mostrar pasividad frente a los realistas que ocupaban el centro del país.

Todo ello hizo que el descontento contra la Junta fuera general y la opinión unánime fue establecer un gobierno unificado en un solo mandatario.

Estando en Guayaquil, La Mar tuvo que soportar el dolor por la muerte de su esposa doña Josefa Rocafuerte.

La Mar fue elegido diputado por Huaylas y se preparó para volver a Lima.

Su elección había sido impulsada por Francisco Xavier de Luna Pizarro, el sacerdote liberal y presidente del Congreso, quien veía en La Mar un militar idóneo para el gobierno republicano, por ser una persona desafecta al militarismo y al caudillaje.

Tres fueron las conspiraciones sucesivas que tuvo que sofocar La Mar: Las tres conspiraciones fueron atribuidas a las intrigas de Santa Cruz, cuyo alejamiento se dispuso nombrándolo ministro plenipotenciario en Chile; pero insistentemente se afirmaba entonces que ellas no eran sino episodios de una conspiración más vasta y profunda, en la cual se hallaban comprometidos Gamarra, Santa Cruz y La Fuente, y cuyo estallido parecía temporalmente diferido por los inminentes conflictos con Bolivia y Colombia.

Luego, avanzaron amenazadoramente sobre Huamanga pero fueron contenidos, y tras una cruenta campaña fueron finalmente sometidos.

Las relaciones del Perú con la Gran Colombia se deterioraron debido en parte a las diferencias fronterizas que mantenían ambos países (La Mar reclamaba Guayaquil, mientras que Bolívar pretendía las provincias de Tumbes, Jaén y Maynas), pero más que nada por la finalización de la influencia bolivariana en el Perú y la revocación de la Constitución Vitalicia en 1827, hechos que enfurecieron a Bolívar, pues veía como su proyecto federativo se desmoronaba.

El Perú expulsó de Lima al diplomático colombiano Cristóbal Armero,[6]​ mientras que en Bogotá no se recibió al diplomático peruano, José Villa, a quien se le extendieron sus pasaportes.

La marina peruana bloqueó la costa pacífica grancolombiana y ocupó el puerto de Guayaquil; por su parte el ejército peruano ocupó la provincia de Loja, en el sur grancolombiano (actual Ecuador).

La batalla final no se libró, pues La Mar, viendo que su situación era insostenible (se le agotaban sus municiones así como no podía maniobrar en ese territorio, muy accidentado), aceptó negociar con el adversario.

Los grancolombianos reconocían implícitamente como peruanas a las provincias de Tumbes, Jaén y Maynas, al no reclamarlas en ese momento.

Por todo ello, La Mar decidió suspender el Convenio de Girón hasta que se retiraran los agravios y corrigieran los excesos.

La Mar se negó a hacerlo, y de inmediato lo trasladaron al puerto de Paita, donde en la madrugada del día 9 lo embarcaron junto con el coronel Pedro Pablo Bermúdez y seis esclavos negros, en una miserable goleta llamada "Las Mercedes", con destino a Costa Rica.

Gamarra planeó el golpe con el apoyo del general Antonio Gutiérrez de la Fuente, quien en Lima se encargó de derrocar al encargado del mando, Manuel Salazar y Baquíjano.

[14]​ Gamarra, ya asentado en el poder, arregló un armisticio con la Gran Colombia y finalmente firmó el Tratado de Paz con dicho país.

Envió poder para casarse con su sobrina carnal doña Ángela Elizalde, quien viajó en vano a reencontrarse con La Mar.

José de La Mar (Presidente de la Junta Gubernativa) (1822-1823)
La batalla de Ayacucho , donde el Mariscal José de La Mar comando la División peruana y junto al Batallón de los LLaneros de Vargas al mando del General Venezolano Jacinto Lara cuya actuación decidió el triunfo patriota sobre los realistas.
Retrato del Presidente La Mar (dibujo de fines del siglo XIX ) Presidente Constitucional del Perú (1827-1829).
Efigie de La Mar en el Panteón de los Próceres en Lima.
Mariscal Agustín Gamarra, cuya ambición lo empujó a derrocar al Presidente La Mar, ayudado por Antonio Gutiérrez de La Fuente.
Restos de José de la Mar descansa, en el Cementerio Presbítero Matías Maestro .