Jorge Juan

Midió la longitud del meridiano terrestre durante la Misión Geodésica hispanofrancesa demostrando que la Tierra está achatada en los polos.

Cádiz era una puerta abierta a la Europa ilustrada, a las corrientes enciclopedistas y al comercio con América, en una España dieciochesca que se resistía al avance de las nuevas ideas.

Este problema, que venía planteándose desde los griegos, se convirtió en el siglo XVIII en una agria polémica que duraba casi un siglo, sobre si tenía forma elongada (en los polos) como decían académicos como Cassini, partidarios además de la mecánica cartesiana, o achatada como defendían Maupertuis y otros sabios como Newton, Halley y Huygens, apoyándose en la teoría de la gravitación universal (los cuerpos pesaban menos en el Ecuador), o en las experiencias del péndulo (no oscilaba con la misma frecuencia en diferentes lugares).

Felipe V era admirador de los sabios franceses y quiso participar en la empresa.

La medida empleada era la toesa, equivalente a 7 pies de Burgos o 1,98 metros.

Después de varias comprobaciones, había que completar estas observaciones físicas con las astronómicas.

Por tres veces tuvieron que interrumpir su trabajo y andar el largo camino desde Quito a Guayaquil por orden del virrey de Lima, para solucionar cuestiones relacionadas con la defensa marítima del Virreinato en sus costas y plazas, fortificándolas contra los ataques ingleses.

Sobre la base de esta medición, cincuenta años después, el metro pasó a ser definido como la nueva unidad de medida, y con ello el sistema métrico decimal fue adoptado universalmente.

Apresada su fragata por los ingleses, que habían declarado la guerra a Francia durante la travesía, tuvo que arrojar al mar la documentación comprometedora, no así lo referente a la medida del grado, observaciones físicas y astronómicas, y noticias históricas.

Las Observaciones de Jorge Juan suscitaron reparos eclesiásticos, al aceptar este por evidente el sistema de Copérnico, que todavía provocaba rechazo en Roma, pero el jesuita padre Burriel intercedió ante el inquisidor general español Francisco Pérez de Prado para que no se dejase llevar por tales objeciones.

En marzo de 1749 Juan fue enviado a Londres bajo la falsa identidad Mr.

Jorge Juan intuyó, como él, que tarde o temprano se dirimiría contra la flota inglesa la supremacía de los mares y, sin un cambio en la Armada, no habría América.

Sin embargo, la policía inglesa empezó a recibir informes, y alguno de sus contactos allí fue detenido por el propio ministro Bedford, que ordenó su detención.

Conscientes del retraso de España, centrarán sus esfuerzos en este sector puntero.

Pero Juan, desilusionado por el sistema de construcción naval inglés, ideó un nuevo plan español.

Su actividad tuvo tan buenos resultados que en 1753 los ingleses, encabezados por el almirante Richard Howe, devolvieron la visita para estudiar sus mejoras, quedando impresionados por la velocidad y maniobrabilidad de sus naves.

Sin embargo, las intrigas triunfaron el mismo verano y provocaron la caída y destierro del marqués de la Ensenada, gracias al empeño del sagaz embajador británico en Madrid, Benjamin Keene.

En 1755 funda en Cádiz la Asamblea Amistosa Literaria, que reunía los jueves en su casa, donde se discutían temas de interés que aportaban eruditos como Louis Godin, José Aranda, Gerardo Henay, Diego Porcel, José Infante, Francisco Canivell y Vila, José Nájera, Francisco Iglesias, Pedro Virgili y José Carbonell, en lo que pretendía ser el embrión de una futura Academia de Ciencias.

Disertando sobre astronomía, artillería, navegación y construcción, surgió la idea de escribir su gran obra Examen Marítimo, que se publicaría en Madrid catorce años más tarde, en 1771.

Analiza la dinámica del buque, su estabilidad, su relación con el empuje de las olas, esfuerzos a que está sometida la arboladura, etc., basándose en la experimentación.

El rey Carlos III le nombra embajador extraordinario en la Corte de Marruecos en 1767 para una difícil misión política; otra vez la confianza en el sabio humanista y su buen valer le señala como la persona ideal.

De todos los detalles y curiosidades del viaje dejó constancia en un diario manuscrito.

En la ciudad de Albacete cuenta con un complejo deportivo público con su nombre ubicado en La Milagrosa.

En Ecuador, en Ciudad Mitad del Mundo de Quito, hay un obelisco con un busto en su recuerdo junto al monumento que marca el punto exacto por donde pasa el ecuador.

El legado de un marino científico" está comisariada por José María Moreno Martín y Blanca Sazatornil Pinedo.

Proceso Original de las Pruebas de Nobleza, Vida y Costumbres de D. Jorge Juan y Santacilia.
Placa conmemorativa del bautismo de Jorge Juan y Santacilia en la fachada principal de la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves en Monforte del Cid, 1985.
Casa familiar del abuelo paterno de Jorge Juan, "El Fondonet". Fotografía realizada con motivo del III Centenario del nacimiento del científico.
Monumento a Jorge Juan en Ferrol , La Coruña , España .
Observaciones astronomicas y phisicas , 1748
Busto de Jorge Juan en el emplazamiento turístico Ciudad Mitad del Mundo , Pichincha , Ecuador .