[5][1] Entre 1887 y 1891, la prensa atribuyó otra serie de homicidios al Destripador, aunque existen discrepancias sobre este vínculo.[10] Algunos de los sospechosos a los que se investigó fueron Montague Druitt,[11] Severin Klosowski,[12]Aaron Kosminski[13] y Francis Tumblety.[18][19] Whitechapel tenía particularmente mala reputación por los casos de antisemitismo, racismo, delincuencia, disturbios sociales y suma pobreza.[5][23][24] Aunque no había certeza para asegurar que todos habían sido obra de una misma persona, cinco de ellos sí tenían varios elementos en común y se atribuyeron a Jack el Destripador, cuyo modus operandi se caracterizaba por cortes en la garganta, mutilaciones en el área genital y abdominal, extirpación de órganos y desfiguración del rostro.Murió al día siguiente en el London Hospital por peritonitis ocasionada por la inserción de un objeto desafilado en su vagina.Joseph Lawende, vecino que dijo haber pasado por esa calle con dos amigos poco antes del asesinato, declaró que había visto a una mujer con un hombre rubio y de aspecto descuidado.El vínculo entre estos cinco crímenes se remonta a documentos posteriores en los que son excluidos de otros asesinatos.[56] Kelly es considerada como la última víctima del Destripador, cuya ola de crímenes debió cesar ya sea por su muerte, arresto o migración.[58] Pese a lo anterior, el perito concluyó que Mylett había sido asesinada.Uno de los forenses que examinó el cuerpo, Thomas Bond, creyó que se trataba de una víctima más del Destripador, aunque su compañero George Bagster Phillips opinó lo contrario al haber revisado los cadáveres canónicos.[66] Además de los once asesinatos de Whitechapel, la opinión pública atribuyó otros homicidios a Jack el Destripador, aunque en algunos casos no hubo evidencia para corroborar que dichas muertes hubiesen ocurrido.[67][70] Una explicación señaló que la prensa se había equivocado al reportar el asesinato de Smith, una de las víctimas canónicas que tenía un palo u objeto desafilado en la vagina, y por error había dado origen al caso «Fairy Fay».La prensa especuló que había sido obra del Destripador,[80] y aunque el empleador del niño, el lechero William Barrett, fue arrestado en dos ocasiones al ser acusado por evidencia circunstancial, al final fue puesto en libertad[80] y la policía no procesó a ningún otro sospechoso.[102] Pese a lo anterior, existen varias teorías sobre la identidad de Jack el Destripador.[103][104] Una de las más difundidas en esa época señalaba que el asesino debía vivir en Whitechapel y tener un empleo estable, ya que los crímenes ocurrieron en fines de semana próximos a fechas festivas, y en calles cercanas entre sí.[105][106] También se pensó que el responsable podía ser un hombre culto y de clase alta, posiblemente un doctor o aristócrata, que había llegado al barrio procedente de un sector más opulento,[107] aunque dichas suposiciones podrían haber obedecido a estereotipos culturales como el temor a los médicos, la desconfianza en la ciencia, o la explotación de los pobres por los ricos.[14] Otros, sin embargo, fueron vinculados solamente por la prensa, como William Bury,[111] Thomas Neill Cream,[112] Robert D'Onston Stephenson[113] y Frederick Deeming.[114] La prensa y la policía recibieron numerosas cartas en el transcurso de los asesinatos de Whitechapel,[115] y si bien algunas consistían en propuestas para ayudar a la captura del asesino, la mayoría no tuvieron utilidad en la pesquisa.[125] Pese a lo anterior, las investigaciones concluyeron que la oreja de Eddowes había sido incidentalmente cortada por el asesino durante su ataque.[126] La importancia de esta carta radica igualmente en que su autor usó por primera vez el mote «Jack el Destripador» para referirse a sí mismo, y desde entonces la prensa y policía, que solían llamarlo «Mandil de cuero»,[127] comenzaron a denominarlo así.Cabe señalarse que la caligrafía y el tono eran similares a los de la carta «Querido jefe».[130][131] El autor aseguraba que dos víctimas más habían sido asesinadas en sitios cercanos entre sí, y calificaba el homicidio como «un doble evento», supuestamente en alusión a las muertes de Stride y Eddowes.No obstante, al ser comparada con las cartas anteriores, el documento tenía otra caligrafía y estilo de redacción.[145] Aunque Jack el Destripador no fue el primer asesino en serie, sus crímenes tuvieron una cobertura mediática sin precedentes[57][146] gracias a las reformas fiscales aprobadas en los años 1850 que favorecieron la distribución masiva de rotativos de bajo precio.[147] Durante la época victoriana este tipo de publicaciones tuvo un mayor auge, e incluyó a periódicos con precios tan asequibles como medio penique y revistas populares como Illustrated Police News, que encauzaron sus esfuerzos en dar publicidad al homicida.Una vez confirmada la inexistencia de evidencia que lo relacionara con los crímenes, Pizer fue liberado.[177] También ha servido como eje de numerosas obras literarias y audiovisuales que generalmente combinan hechos reales con la ficción.[103] Una de las primeras novelas publicadas sobre el caso lleva por título The Curse Upon Mitre Square (1888).[182] Una de las novelas controvertidas, aunque exitosa, fue Jack the Ripper: The Final Solution (1976) de Stephen Knight, ya que propuso una teoría conspirativa que implicó a la familia real británica, la francmasonería y al pintor Walter Sickert.[183][184] Entre los escritores que han redactado material sobre el mito del Destripador se encuentran Fredric Brown, Gardner Fox, Philip José Farmer, Ramsey Campbell, Roger Zelazny[185]} y, más recientemente, Stephen Hunter, este último con su novela I, Ripper (2015).
Ilustración de tres hombres descubriendo el torso de una mujer; «El misterio de Whitehall» de octubre de 1888.
Caricatura de
John Tenniel
, que data del 22 de septiembre de 1888, en la cual se critica la supuesta incompetencia de la policía en la investigación del expediente de Whitechapel, reforzada por el hecho de que el asesino nunca fue capturado
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7
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Carátula de la revista
Puck
del 21 de septiembre de 1889, que muestra una caricatura de
Tom Merry
donde especula con la identidad de Jack el Destripador.
Carátula de un periódico cuyo encabezado dice textualmente: «Horrible asesinato en el East End. Espantosa mutilación de una mujer. Detengan a Mandil de cuero».
Caricatura publicada en la revista
Punch
en 1888, en la que Jack es representado como un fantasma con un cuchillo.