Ignacio Warnes

Tal era la cercanía, que revistó como su lugarteniente y secretario privado durante la expedición al Paraguay.El capitán Warnes llevó el parlamento pero fue apresado por Pablo Thompson, jefe de un destacamento paraguayo apostado en la margen opuesta del río y remitido engrillado a Asunción, desde donde fue enviado a Montevideo.Organizó allí un ejército formal, instruyendo personalmente a sus hombres y fabricando su propio armamento.En esa batalla, Arenales fue alcanzado por una partida enemiga, y dejado por muerto con varios cortes de sable en la cabeza, pero salvó la vida.Por ello, cuando la batalla estaba casi terminada, Warnes desafió y mató en duelo de sables al comandante, coronel Blanco.Sin embargo, sus allegados pidieron que regrese a su cargo en agosto de 1815.Fue posesionado con la ceremonia de rigor y los simpatizantes de la Revolución en el vecindario costearon la campaña a Chiquitos, donde se encontraban los realistas Udaeta y Altolaguirre con 5000 hombres armados.Warnes estaba en la zona selvática de Chiquitos, persiguiendo a una división realista, por lo que Carrera pudo entrar en la ciudad.El general Pezuela puso sus ojos en el centro del continente, y en diciembre desplazó al batallón Fernando VII en persecución de los patriotas, instruyendo su aumento y reforzamiento en la marcha.El general Belgrano envió copia del Acta al gobernador Warnes en Santa Cruz, como consta en su correspondencia dirigida a Güemes.En septiembre de 1816, el coronel realista Francisco Javier Aguilera, nacido en Santa Cruz, derrotó y ejecutó a Padilla en La Laguna, junto a 700 de sus hombres, que murieron con las armas en la mano.Cuando la victoriosa caballería, comandada por el coronel José Manuel Mercado, llegó al campo de El Pari, ya no era posible combatir y la falta del líder mermó los ánimos del comandante de la infantería Saturnino Salazar.Así el ejército invasor acabó en Santa Cruz y Aguilera dedicó más tiempo a obras de desarrollo.Semanas después se realizó el sepelio de Warnes con honores.Belgrano a Ana García de Zúñiga, madre del coronel Warnes.Pero no me equivoco; todo debe consolar a Vd, ya que acabó en defensa de la Patria y por consiguiente, Dios lo ha premiado, y el mundo verá en él un héroe que representará a los venideros por ejemplo.Calles en varias ciudades, y una importante avenida en Buenos Aires homenajean también a este militar.El ascenso póstumo en la República Argentina aún está en proceso, gestionado por diversas instituciones civiles.Diversos autores han reconocido que cometió excesos al comandar sus tropas, entre ellos, los historiadores César Sánchez[7]​ (Perú), José Luis Roca[8]​ y Daniel Dory[9]​ (Bolivia).Pp 75.«Warnes arremetió sin piedad contra los chiquitanos, ocasionando un genocidio en el punto de Santa Bárbara con la excusa que las víctimas eran “realistas”.
Monumento de bronce a Ignacio Warnes en Santa Cruz de la Sierra.