Los oficiales del Ejército del Norte se sublevaron, y le comunicaron a Rondeau que solo iban a acatar sus órdenes, mas no las de Alvear y lo instaron a iniciar la campaña; Rondeau en rebeldía ordenó el comienzo de la operación.
Martín Miguel de Güemes, enemistado con Rondeau, abandonó las filas del ejército junto con sus gauchos y se retiró hacia Salta, llevándose consigo el parque del ejército que se encontraba en Jujuy.
El conflicto entre las milicias de Salta, al mando de Güemes, y las fuerzas del ejército rioplatense se manifestó cuando el coronel Martín Rodríguez apresó a algunos gauchos.
Sin embargo, Pezuela atacó precisamente por allí, desde donde los hombres bajo su mando descendieron «como gatos» para alcanzar campo de batalla.
Con la derrota en la batalla de Viluma o Sipe-Sipe las provincias del Alto Perú se perdieron definitivamente para las Provincias Unidas del Río de la Plata que declararían su independencia al año siguiente.
El resultado de la batalla aseguró la situación del Alto Perú que se mantuvo incorporado al virreinato peruano mientras conservó su existencia, y permitió que al final de la campaña militar del general Antonio José de Sucre en el año 1825 entrase Simón Bolívar en la escena política, con su decisiva influencia para la creación de Bolivia, convocando un congreso para que los bolivianos decidieran formar un estado independiente, seguir formando parte del Perú o agregarse a las provincias argentinas.