[3] Fue arrestado en 1915 por autoridades estadounidenses por intentar negociar con espías alemanes en el marco de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y murió en prisión.
[7] Su oportunidad llegó cuando tenía 15 años, cuando en 1869, el general Donato Guerra visitó Colotlán y expresó su deseo de contratar a un secretario particular.
[8] Como recompensa a sus servicios se le recomendó y concedió una beca para estudiar en el Colegio Militar, donde obtuvo notas sobresalientes que lo hicieron merecedor de un reconocimiento especial; el presidente Benito Juárez, el primer indígena en llegar a la presidencia, lo elogió durante su visita al colegio para entregar los reconocimientos a los cadetes con las siguientes palabras:
Durante su tiempo como cadete, Huerta fue un alumno especialmente destacado en matemáticas, lo que lo llevó a especializarse por las ramas de artillería y topografía.
[18] Huerta participó en las "campañas de pacificación" en Tepic y Sinaloa, donde se distinguió por su papel durante los combates.
[20] Los siguientes 9 años, Huerta pasó su carrera militar realizando estudios topográficos en los estados de Puebla y Veracruz.
[5] Durante los años del Porfiriato, la influencia francesa en la cultura mexicana era muy fuerte y Huerta no fue ajeno a dicha corriente, dado que su héroe era Napoleón.
[26] En diciembre de 1900, Huerta dirigió una exitosa campaña militar contra los indios yaquis en Sonora.
[31] Durante su estancia en Yucatán, se volvió cada vez más dependiente del alcohol y su salud comenzó a deteriorarse.
[34] Huerta ya tenía varios antecedentes de oponerse a las fuerzas revolucionarias y a tomar parte en intrigas políticas contra Madero, y las acciones del militar fueron determinantes para que se suscitara un quiebre entre Zapata y Madero, que llevaría al primero a rebelarse contra el nuevo gobierno maderista con la proclamación del Plan de Ayala.
Huerta declaró su lealtad al presidente Madero y se encargó de dirigir las fuerzas federales para apaciguar a todos aquellos que se negaron a seguir la orden de desmovilización como Pascual Orozco.
Los hermanos del presidente Madero intervinieron y Villa sólo estuvo preso algunos días en la Ciudad de México, lo cual encolerizó a Huerta.
[37] Conforme Madero fue perdiendo apoyo, diversos grupos internos y externos conspiraban para removerlo de la presidencia.
Esta decisión, de acuerdo con el historiador Friedrich Katz, "sería una que [Madero] pagaría con su vida.
"[35] Habiendo asegurando aquella posición clave, Huerta se unió en secreto con los conspiradores y continuó con las negociaciones a espaldas del presidente.
Lascuráin designó a Huerta como Secretario de Interior, volviéndolo el siguiente en la línea para la presidencia.
En una sesión extraordinaria sucedida en medio de la noche, en un Congreso que se encontraba rodeado por las tropas leales a Huerta, los legisladores aprobaron la designación.
[47] Huerta actuó rápidamente para consolidar su poder e inició negociaciones con el resto de los gobernadores.
[49] Al mismo tiempo, Orozco buscó negociar con Emiliano Zapata para hacer las paces con el gobierno de Huerta.
Hasta ese momento, Zapata tenía a Orozco en alta estima como un colega revolucionario que se había rebelado contra el régimen maderista.
La Casa había convocado varias manifestaciones y huelgas, las cuales fueron en un principio toleradas por el régimen huertista.
Molina Enríquez se había unido al gobierno huertista como parte de la Secretaría del Trabajo.
No obstante, el propio Pascual Orozco, decidió unirse en favor de Huerta contra los nuevos rebeldes.
[55] Huerta, según Knight, "estuvo bastante cerca de convertir a México en un estado completamente militarizado".
[57] Huerta odiaba también las reuniones con su gabinete, y lanzaba órdenes a sus ministros como si fuesen oficiales en su ejército; dejando ver un sentido de gobierno autocrático.
[47] Conforme el gobierno de Huerta se fue convirtiendo gradualmente en una dura dictadura militar,[59] el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, se volvió abiertamente hostil al nuevo gobierno, destituyó a Henry Lane Wilson de su puesto como embajador y exigió a Huerta su renuncia para dar paso a nuevas elecciones.
[71] Durante los años de 1913 a 1914, los Constitucionalistas pelearon con una ferocidad y coraje que el Ejército Federal no pudo nunca emular.
México para ellos era una abstracción que no significaba nada y la mayoría era leal solamente a sus propios poblados (sus "patrias chicas").
Una vez iniciada en Europa la Primera Guerra Mundial, Huerta fue contactado por funcionarios del Imperio Alemán que le ofrecieron apoyo económico para intentar regresar al poder.
[82] Estas reuniones tuvieron lugar en el famoso Hotel Manhattan,[83] las cuales fueron vigiladas por agentes del Servicio Secreto, al mismo tiempo que las conversaciones telefónicas que Huerta mantenía con von Rintelen eran continuamente interceptadas y grabadas.