Dotado para la escritura desde su juventud, plasmó sus experiencias en una serie de 67 cartas y ensayos conocida como Cartas desde Turquía (título original: Briefe über Zustände und Begebenheiten in der Türkei aus den Jahren 1835 bis 1839)[n. 1].También cartografió los primeros mapas a escala real de la Anatolia, Constantinopla, los Dardanelos, Armenia y el Kurdistán.[2][n.Moltke, que estuvo él mismo de perder la vida en combate, decidió regresar a Prusia.Viajero empedernido, en uno de esos viajes entabló relaciones y se casó con Marie Burt, joven inglesa que había sido adoptada por su hermana.Fue nombrado primer asistente del príncipe Federico Guillermo, al que acompañó en sus viajes oficiales por Francia, Inglaterra y Rusia.La Dieta de la Confederación emprendió una acción contra Dinamarca dirigida por Prusia y Austria.Sin embargo no fue hasta febrero del año siguiente cuando Moltke pudo demostrar la eficacia de su planteamiento en la conquista del ducado de Schleswig, que se llevó a cabo en cuatro días.Según una anécdota, el día que se inició la ofensiva, su ayudante lo encontró leyendo una novela; ante su asombro el general lo miró fijamente y dijo: “Todo lo que podía hacerse ya se ha hecho.La inicial ventaja austriaca no pudo evitar que los prusianos los envolvieran protegidos por la artillería.La publicación de un telegrama que había sido manipulado por Otto von Bismarck derivó en el incidente diplomático del Telegrama de Ems, que desencadenó el conflicto bélico entre Francia y Prusia.Por sus hondas raíces cristianas, que le llevaban a considerarse a sí mismo un simple «instrumento en manos de un ser superior», Moltke entendía la guerra como un elemento más del orden mundial divino, al igual que la enfermedad o las privaciones; en esa línea de pensamiento, la paz permanente no sería más que un sueño, y además un sueño nada plácido.Sin embargo, para el canciller, Otto von Bismarck, ese punto de vista era demasiado estrecho, ya que ante cualquier conflicto debían considerarse otros factores además del puramente militar.[9] Esta teoría estratégica se expresa en su célebre frase «Marchar separados, combatir juntos»; el éxito final requería conservar la iniciativa y ser el primero en atacar, para lo cual debía estar preparado incluso antes de que la guerra comenzara.En esa forma de avance, la caballería iba en la vanguardia para reconocer el terreno y tantear al enemigo, mientras que en la retirada se desplegaba en la retaguardia para cubrir a la infantería y a la artillería.Moltke creía que, cuanto menor fuera el tiempo de ejecución de la campaña, menor sería la probabilidad de incidentes que modificaran los planes iniciales; por ello, la campaña debía ser breve y contundente, y enfocarse más hacia la destrucción del enemigo que hacia la conquista del territorio.En la fase de movilización, la red ferroviaria prusiana pasaba a ser controlada por el Estado Mayor, que establecía horarios y recorridos.Helmuth von Moltke supo intuir, asimismo, que, al volverse los ejércitos más numerosos y los despliegues más complejos, se requería una compleja descentralización del mando; además, para que este no perdiera su capacidad de dirigir la contienda una vez producido el choque inicial, habría que reemplazar el plan de operaciones por una serie de directrices generales.Así, una dotación concedida por el emperador en 1866 le permitió adquirir varias fincas en Silesia.Al no tener descendencia, nombró heredero a su sobrino Wilhelm, hijo mayor de su hermano Adolf.
Moltke (izda.) y Hafiz Pasha (centro) durante la batalla de Nizip (1839).