La consolidación de sus tierras comenzó en el siglo XII, con numerosas incursiones lituanas a ciudades prósperas como Nóvgorod y Pskov.
Desde el siglo XII en adelante, los lituanos representaron una amenaza tanto para los reinos occidentales vecinos como para los eslavos.
No se sabe exactamente cómo Mindaugas, un duque del sur, consiguió hacerse con el poder en Lituania.
Ciertas crónicas eslavas mencionan que acostumbraba matar o exiliar varios duques, incluyendo a sus propios parientes.
Otra consecuencia del resultado de la batalla fue una pequeña interrupción en las guerras entre los Caballeros Teutones, y Lituania aprovechó esta situación, organizando ataques en las regiones rutenas.
Tautvilas, buscando apoyo de los Caballeros Teutones, fue a Riga, donde el arzobispo lo bautizó y recibió ayuda militar.
El papa Inocencio IV apoyó a Mindaugas porque creía que podría detener las incursiones de los mongoles-tártaros.
Sin embargo, como los acontecimientos posteriores mostraron, los lituanos no estaban preparados para aceptar la cristiandad.
Mindaugas hizo un trato con Alejandro Nevski de Nóvgorod y marchó contra la Orden Teutónica.
Es probable que no lograse dominar toda Lituania y gobernase solamente el sur del Gran Ducado.
Un año después, Shvarn fue derrocado del trono lituano por el pagano Traidenis, duque de Kernavé.
Traidenis comenzó a hacer guerra contra Galitzia-Volinia entre 1274 y 1276, saliendo victorioso, conquistando finalmente Rutenia Negra.
La anexión de Pólatsk sirvió para asegurar importantes rutas comerciales que permitieron un comercio consistente en la región e incrementó la influencia lituana sobre las provincias rutenias restantes.
Vytenis organizó muchas más incursiones militares en tierras gobernadas por la Orden Teutónica hasta 1315 y figuró por última vez en fuentes escritas contemporáneas a fines de ese año.
Ya los lituanos habían abrazado nuevamente el paganismo hacía varias décadas, era por esto y por razones territoriales que la Orden Teutónica conducía una ardua guerra cruzada contra ellos.
Si bien en 1333 y 1339 los lituanos derrotaron a las fuerzas mongolas que querían conquistar Smolensk y sacarla de la esfera de influencia lituana, media década después se ensambló un ejército cruzado que avanzó hacia Lituania para enfrentarlos.
Sin embargo, la guerra cruzada fue un fracaso y conflictos directos con el rey Casimiro III de Polonia.
Estos dominaron la política y la economía del Gran Ducado durante su último siglo de independencia.
[13] La autoridad lituana quedó casi de inmediato amenazada por las ofensivas suecas y terminó en 1582, cuando pasó en la práctica a Polonia.
[25] El soberano contaba además con vastas tierras —era uno de los mayores terratenientes—, que normalmente arrendaba a sus partidarios.
[25] Había además cuarenta y ocho diputados nobles en las Cortes comunes polaco-lituanas, dos por distrito, que se escogían en las dietinas.
Por lo tanto, los nobles lituanos que migraron hacia áreas eslavas, con el paso de las generaciones tomaron su cultura.
[32][nota 3] Tanto Vilna como el resto de ciudades del Gran Ducado eran multiculturales y sus habitantes profesaban religiones diferentes.
[24] En Vilna en 1596, había quince iglesias ortodoxas rutenas, catorce católicas, una luterana, dos protestantes de otras variantes y varias sinagogas.
Hasta 1387, los nobles lituanos profesaron su propia religión, que era una creencia pagana basada en la deificación de los fenómenos naturales.
En las tierras que hoy en día ocupan Bielorrusia y Ucrania, los duques locales eran firmes a la Iglesia greco-católica ucraniana.
En 1387, Lituania se convirtió al catolicismo, mientras que la mayoría de las tierras rutenas permanecieron fieles a la Iglesia ortodoxa.
La subyugación de los eslavos orientales por dos poderes diferentes creó divisiones substanciales que persisten hasta hoy en día.
Hasta el siglo XX las fronteras étnico-lingüísticas entre ucranianos, bielorrusos y rusos no coincidieron con las barreras físicas.
Aunque era un Gran Ducado, Lituania era un reino bajo Mindaugas I, quien fue condicionalmente coronado por la autoridad del papa Inocencio IV en 1253.